lunes, 27 de mayo de 2019

LLUVIA FINA: cerramos nuestro club de lectura IES Al-Qázeres de este curso con un final de lujo.

Un broche de oro para cerrar nuestro club de lectura IES Al-Qázeres de este curso escolar: Lluvia fina, la última novela de Luis Landero. Hemos leído este libro con pasión, a veces con desasosiego e inquietud, en ocasiones con desenfreno, sin poder parar, en veinticuatro, en cuarenta y ocho horas... Todos nos hemos reconocido en cierto modo en los personajes de esta novela, en la historia de esta familia, que se parece un poco a la nuestra o a otras que conocemos. Todos sabemos de qué habla el autor cuando se refiere a esa lluvia fina de los pequeños agravios que no se olvidan, es más, que se agrandan y se mitifican con el paso del tiempo y de la imaginación y del recuerdo. Y todos asentimos cuando afirma que los relatos no son inocentes, que las palabras nunca lo son, que es necesario usarlas con respeto y que quizás, en muchas ocasiones, la mejor opción es callarse, para no destapar la caja de los truenos, para dejar que los demonios  de cada uno sigan dormidos. Hay en Lluvia fina un gran conocimiento del alma humana y de las dificultades de la convivencia y del entendimiento. Y hay oficio, mucho oficio, en la escritura de este libro que se disfruta con un gran deleite a pesar de la dureza de lo que cuenta. El oficio, el magisterio, de Luis Landero. Una invitación al perdón, a pasar página y olvidar, una reivindicación de la necesidad de silencio. A ver si aprendemos algo.


CELEBRAMOS EL DÍA DE ÁFRICA

La semana pasada celebramos el Día de África con una serie de actividades organizadas por los compañeros y alumnos de la Familia de Servicios Socio-culturales y a la comunidad. Nuestro grupo de 1º de ESO D, en concreto, participó en un taller de elaboración de marcapáginas coordinado por alumnas de nuestra compañera Ana Amigo. Gracias a ellas pudimos saber algo más sobre el continente africano y aprendimos a mirarlo con una mirada nueva, entendiendo que los propios africanos pueden y deben ser el cambio que queremos ver en el mundo. Gracias por brindarnos la oportunidad de participar en todas estas actividades tan interesantes y tan necesarias. 












domingo, 26 de mayo de 2019

MICRORRELATOS GANADORES DEL CERTAMEN LITERARIO. CURSO 2018-19



CATEGORÍA SEGUNDO CICLO:

     Me levanté aquella fría mañana y me di cuenta de que hasta mi reflejo lucía mejor que yo.
Belén Bermejo Durán, 2º Bachillerato D


CATEGORÍA ESO:

LA OPORTUNIDAD 

     Cuando llegué ya todo se había terminado,di un paso adelante y me di cuenta de que todo comenzaba de nuevo.

Nuria Largo Román. 3 ESO B 

CATEGORÍA PADRES Y MADRES DEL ALUMNADO:

     Tic, tac, ya no es el reloj que acuciaba mi destino traspapelando sentidos que siempre acababa encontrando en el cajón de la suerte, es otro campaneo, canción de cuna para bebés adultos, es otro son marcando el paso del tiempo, un latido que quiero interrogar de dudas y miedos que esclarezcan mi alma de todas aquellas preguntas que siempre le hice a la vida.
        A la vida que no sé si merezco, a la vida que no sé si me merece, a la vida que no sé si sabré educar, a la vida que no sé si sabré aprender, a la vida extraordinaria certidumbre incierta que crece en el vientre de mi mujer madre, y nos hace ser dos.
     Tic, tac, ya no es el reloj que acuciaba mi destino traspapelando sentidos, es otro son marcando el paso del tiempo, un latido de vida que ahoga las dudas, que acuna los miedos y los duerme por siempre con la increíble promesa de su primera sonrisa...

Juan Carlos Fernández Galeano
Padre de Juan Diego y Pedro Fernández


RELATO GANADOR DEL CERTAMEN LITERARIO 2018-19. CATEGORÍA PRIMER CICLO DE LA ESO.


REALIDAD OCULTA
Una calurosa mañana de julio, Lara se disponía a coger un vuelo con destino a Pisa. Su mirada desprendía ilusión; y es que, una vez despegase de Madrid, pondría rumbo a las vacaciones en Italia que llevaba ansiando desde hacía tiempo. Necesitaba alejarse una temporada del entorno que tanto daño le había hecho, y qué mejor lugar que aquel país para poner distancia.
Tras un corto vuelo, apenas dos horas, aterrizó en el aeropuerto Galileo Galilei. Recogió su maleta y se dirigió hacia la estación de tren, con una sonrisa dibujada en su rostro. Próxima parada: Piombino
El trayecto hasta la ciudad portuaria no se le hizo demasiado largo, ya que contaba con la compañía de la música. Sus ojos, fijos en la ventana, recorrieron todos y cada uno de los paisajes que desfilaban a su paso. “Es tan maravilloso”-pensó.
Cuando llegó a Piombino, Lara se apresuró para coger un sitio en la parte descubierta del ferry; quería sentir cómo la brisa le rozaba las mejillas y disfrutar de las vistas que la isla prometía.
-¡Mónica! – exclamó, una vez alcanzó tierra firme. Ambas hermanas se fundieron en un gran abrazo. Llevaban desde principios de año sin verse y, tras vivir una etapa un tanto complicada, Lara necesitaba todo su cariño. Lo que la joven no sabía era que, tras esa sonrisa, Mónica también escondía sufrimiento. “Las cosas no siempre son lo que parecen”.
-Tengo tu cuarto ya preparado. Dejamos el equipaje en casa y salimos a dar una vuelta. ¡Voy a llevarte a cenar a la mejor pizzería!
Lara no respondió con palabras. El brillo en sus ojos reflejaba la emoción que la embargaba y un profundo suspiro fue todo lo que se escuchó de sus labios.
El paseo por la isla antes de cenar sirvió a las hermanas para ponerse al día sobre cuestiones cotidianas, pero evitaban adentrarse en aspectos más personales, convirtiendo a la isla en protagonista de la conversación antes que a ellas mismas.
Lara sentía curiosidad por conocer a Marco, ese chico del que Mónica no dejaba de hablar desde que coincidieron en aquella cafetería. “Su príncipe azul”, le decía; pero ahora apenas unos monosílabos daban respuesta a las preguntas que Lara hacía sobre la relación.
Llegaron a la pizzería, donde Marco ya esperaba sentado a la mesa. Por fin conocería al chico que había robado el corazón de su hermana. Lo que no sabía era que con el corazón también le había robado la alegría, la espontaneidad. Mónica se hacía pequeñita a su lado, casi invisible. ¿Dónde estaban su sentido del humor y su carácter extrovertido? Siempre había llamado la atención, tan bonita y con esa dulce sonrisa que la hacía brillar.
Lara percibió una Mónica diferente ahora que estaba con Marco. ¿Qué sucedía para que su hermana quisiera “pintarse de gris”?- Así fue como describió la sensación que le produjo la forma de actuar de Mónica.
Mientras conversaban, Lara no dejaba de fijarse en cada gesto, de analizar cada detalle. La soledad que la había envuelto este último año la convirtió en una experta en observar a las personas desde la distancia y estudiar sus reacciones. Esa misma soledad que la había empujado a alejarse de su entorno y buscar refugio en su hermana. ¿Qué culpa tenía ella de gustarle a Alberto? Patricia no se lo había perdonado, la envidia y los celos fueron más fuertes que su amistad, y se encargó de aislarla de todo el mundo. Cuántas mentiras fue capaz de inventar, y qué capacidad para difundirlas. Lara comprendió que aquello no era amistad, pero qué difícil era sentirse tan sola. Y ahora que había venido buscando el apoyo de su hermana, sabía que algo fallaba.
Marco era simpático, le caía bien, pero aquella Mónica que descubrió a su lado hizo que no dejara de observarle. Gestos sutiles que pasarían desapercibidos ante otros ojos no lo hicieron para los de Lara. Y recordó aquella charla en el instituto. Las palabras de Natalia resonaron en su cabeza. Una joven contando su experiencia, las señales silenciosas para las que siempre encontraba una justificación; y la única que de verdad las explicaba era el maltrato psicológico al que se estaba viendo sometida.
Y reconoció a Mónica en esas palabras. Y la sospecha de que su hermana fuera otra Natalia la invadió de tal modo que sintió que le faltaba el aire.
No necesitaba confirmarlo, necesitaba rescatar a su hermana y devolverle lo que Marco le estaba arrebatando; tirar de su mano y salir corriendo de allí.
Lara no olvidaría nunca los paseos por la playa escuchando a Mónica, incapaz de entender cómo era posible que aquella chica brillante y segura de sí misma se hubiera dejado anular de ese modo, permitiendo que el miedo gobernara cada uno de sus actos. La envolvió en un abrazo de ternura en el que cobijarse, convirtiéndose en el pilar sólido sobre el que su hermana mayor pudiera apoyarse. Y volvió a recordar las palabras de Natalia: “Hay sonrisas que están apuntaladas por lágrimas que disfrazan la realidad”.
Andrea Nevado Bustillo.

GANADORES DEL CERTAMEN LITERARIO. CATEGORÍA: ILUSTRACIÓN PRIMER Y SEGUNDO CICLO

La fuerza y la solidaridad femeninas en imágenes y palabras.

 LA TATARABUELA FELICIA

La tatarabuela Felicia fue la mujer de mayor temple de la familia.
Era muy inteligente y bella según los cuentos del tío Ramón Enrique y un retrato que cuelga en la sala.
Un día, en medio de una de las tantas guerras y revoluciones que hubo en el país en los últimos años del siglo XIX, unos soldados pasaron por la casa de la familia y como los hombres no quisieron incorporarse a su ejército decidieron matarlos.
Antes de hacerlo, los soldados les dijeron a las mujeres de la casa que podían irse con lo que llevaran encima, que con ellas no se meterían.
Por idea de la tatarabuela Felicia cada mujer salió cargando a su marido, a su hermano, a su padre o a su hijo y entonces los soldados se quitaron las gorras, se rascaron las cabezas y se fueron para siempre con las caras rojas y los corazones chiquiticos.
 Armando José Sequera

 VÍCTOR SÁNCHEZ CORTÉS, 2º BACHILLERATO D



JUAN DIEGO FERNÁNDEZ AGÚNDEZ, 3º ESO B

miércoles, 22 de mayo de 2019

POEMA GANADOR DEL CERTAMEN LITERARIO 2018-19. CATEGORÍA BACHILLERATO.



AGONÍA

Soñolienta dama
de la guadaña
que se despierta
tras el alba,
de nuevo sola:

Pido ayuda,
noto un huracán
que me arrebata
de las entrañas
mi propia locura.

Por mi familia,
dame otra vida,
otro suspiro,
otra historia
sin final explícito.

Quiero hacer retumbar
este corazón dormido,
y provocar un dormitar
de este delirio
que es tan tuyo
como mío.

Te suplico que lo ahuyentes,
que lo alejes
de mi lado.
Dile en un susurro
que no se acerque,
que no me toque
ni me diga
cuál es mi hora
ni cuándo expira.

                 Janire Sancho Templado. 2º Bachillerato C

POEMAS GANADORES DEL CONCURSO LITERARIO 2018-19. CATEGORÍA ESO.

Miembros del Departamento de Lengua en el momento del fallo del premio. El ganador fue el alumno 
Julen Román Cobos. 2º ESO A

Sacarte de mis pensamientos fue una tarea ardua,
Teniendo que sacar de mí cada recuerdo contigo,
Con las ilusiones en una mano,
Y el corazón roto en la otra.
 
Poniendo por delante tu cuerpo,
Antes que a mi propio ser,
Posponiendo la realidad,
Y teniendo como guía la falsedad.

Teniendo un corazón de terciopelo,
El cual se enamoró con un “te quiero”
Más falso que salió de esos labios
Que sólo mentían y mentían.

Soy basura, un mortal
Que cayó a tus pies
Y que engañaste,
Como a muchos más.

Te lloré,
Te odié;
Te volví a llorar
Y te volví a odiar.

Que Dios me perdone,
Que Cupido vuelva a lanzar la flecha,
Me dirán tonto,
Pero sigo enamorado,
Y volveré a caer a tus pies.
 ...................................................................................................................................................................... 
Discúlpame por no tener las suficientes conjunciones,
Por pedirle al cielo las disculpas que te mereces;
Por fallarme los adverbios al hablarte
Y por perder las tildes al mirarte.

Me gustaría mirarte sin sentir miedo,
Que desapareciera la vergüenza del diccionario;
Cambiarle la sílaba final a «quiérete»
Y poner un “-me” en su lugar.
  
Usar todas las preposiciones a tu lado:
Ante las miradas, bajo la sombra de nuestros sueños;
Con mi cabeza apoyada en tu pecho,
Contra la sociedad, de día, de noche
Y desde Nunca Jamás.
  
Imaginar un pretérito perfecto junto a ti,
Tener un presente sacado de Disney,
Un futuro simple entre nosotros
Y una vida a tu lado.
 
Buenas noches a la persona que comparte adjetivos,
Que quiere un futuro, un presente y quiso un pasado;
A la única persona que puedo dedicarle todos mis sueños,
Todos mis sentimientos y nervios.
  
Déjame decirte que te quiero.
......................................................................................................................................
Nunca he tenido los suficientes puntos,
Ni los suficientes márgenes;
Pero he escuchado lo suficiente
Para saber los nombres despectivos.
 
Pero me aferré
A unas cuantas hojas de papel;
A un bolígrafo o a un lápiz
Y a un pequeño poema de un gran autor.

Conocí a un gran autor,
Que me enamoró con sus versos,
Con su manera de atrapar las palabras
Y con los ojos puestos al final de una pequeña rima.

Me devoré las palabras un verso tras otro,
Estrofa tras estrofa
Y llegué a leer un
Poema tras otro.

Ponía atención en las sinalefas,
Y por cada diéresis y sinéresis,
Me daban ganas de leer más y más
Y de soñar más y más.

Pero hubo un verso del autor,
Que consiguió atraparme,
Que consiguió cautivarme,
Que consiguió enamorarme.

Tráeme el cielo
Y te daré mis versos,
Déjame acariciar tu pelo,
Y guárdame uno de tus besos”.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite también un día de sol


Nuestro compañero César Nogales nos cuenta cómo se desarrolló el pasado 8 de mayo la sesión de club de lectura con nuestros alumnos de 1º de Bachillerato. Como podéis ver, fue una experiencia muy gratificante para nosotros como profesores de Lengua castellana y Literatura, siempre a vueltas con ese empeño de acercar a nuestros alumnos a la palabra escrita de una forma amable: 

"Y llegó Coro Carrillo el curso pasado y nos preguntó que si Nubosidad variable, de Carmen Martín Gaite, resistiría hoy una lectura escolar. ¿Que si  es actual Nubosidad variable? ¿que si se leería hoy? Y lo dijimos todos enseguida: “Desde luego que este no es un libro de esos que todos leerían, azuzados por las listas de libros más vendidos, porque son páginas de ayuda, o de autoayuda, o páginas de novelas que sucedieron en el medievo y luego hacen la versión televisiva con muchos capítulos, o cinematográfica, que siempre es peor (sic) que el libro,  y que retratan calles sucias y ropas viejas”. Y cosas así. Esas fueron nuestras respuestas. Claro que no. Claro que este libro no responde al canon comercial, ni al canon escolar, que tanto cada día de cada curso se parecen. Este libro formaría parte de los libros clásicos. De los que sí importan mañana, después de haber sido leídos hoy. No, este no es un libro del actual canon escolar. Le dijimos que “esta no es de esas novelas de amor a las que dan premios en primavera y luego las mujeres leen en los vagones del metro, o del tren de cercanías antes de entrar en la gestoría, en la fábrica o en el almacén. No es una novela de esas por la que nos dan un ministerio de una semana; no es una novela de misterio, no de detectives, ni de ditropías. No, no es una de esa novelas de superventas que tanto se venden en los supermercados; no, no es una novela de tableta, ni de móvil. Es una novela de páginas que quieren ser amarillas como amarillas se pondrán las cartas y los cuadernos que las protagonistas se escriben. 

              Le dijimos también que Nubosidad variable sólo se puede leer junto a una taza de café o de té, o un vaso de güisqui. Nubosidad variable se lee en soledad, porque esta novela trae el ruido de la vida. Nubosidad variable quiere que se detenga la lectura de cuando en cuando, a mitad de una carta, a mitad de un cuaderno, a mitad de una página, y cerrar el libro marcando por dónde vamos con los dedos, y mirar hacia arriba para mira hacia adentro y pensar en lo leído que es lo vivido, y tomar aliento y cerrar los ojos y abrirlos y seguir leyendo para volver a caernos, para volver a parar. Así se lee Nubosidad variable. Por eso hay que leer como apenas ya se lee hoy: leer tomando sorbos de vida ( o de café, o de te, o de güisqui). Le dijimos que no sabíamos si hoy leeríamos Nubosidad variable porque los modos de leer están cambiando, y ya nadie lee como habíamos dicho. Y porque hoy ya nadie lee Cumbres borrascosas, que eso es quedarse enquistado. ¿Entonces, se leería o no se leería? Una historia de dos mujeres sentadas una frente a otra de cara al mar, junto al extremo de la barandilla” que “no parecían advertir la inminente llegada de la lluvia ni de la noche”. Mujeres iluminadas por un resplandor interno de serenidad. Y un papel que vuela y una palabra que se lleva el agua. Algunos sí queremos leer eso. La novela de dos mujeres. Sujetas a las inclemencias del tiempo. De su tiempo también. ¿Es Nubosidad variable una novela de su tiempo? O quizá es que el tiempo es siempre el mismo porque es siempre variable. Es una novela que leeríamos, como leemos libros que se mezclan con la vida. Una novela de personajes que son personas. Que cruzan sus miradas y no las sostienen, y por eso escriben (escribimos) cartas a sus (nuestros) pasados, que a veces se llama Sofía. Y hacerlo porque sale del alma. Así, escrito y vivido con estilo de mujeres ¿Que si escriben distinto? ¿Que si Carmen Martín Gaite escribe como mujer? Sólo es literatura femenima porque miran hacia otro lado (no al pasado -que al pasado miramos todos- sino al otro lado del pasado, donde las referencias se mezclan: de tiempo y de luz. Esa es la mirada femenina. La que dibuja un plano con los puntos cardinales de ayer: el N es un reloj; el S es una lámpara; en el E está “La boca del lobo”. El O guiados por el viento en la espalda de un poema de Pessoa. 






    ¿Se lee una novela como un grabado? El de una señora leyendo una carta, como si fuera Habitación de hotel de Edward Hopper.  Aunque parezca cursi. ¿Que si se puede leer esta novela hoy? Sólo la leerán quienes la lean para leer, es decir, para vivir, no para viajar en metro, sino adentro, muy adentro, donde está la tormenta. No parar seguir las modas que tanto nos alejan de los libros. No para haber leído. Para callar y aprender a guardar silencio. Todo eso fue lo que le dijimos a Coro Carrillo y así lo decidimos: el curso que vienen será lectura en bachillerato. Para volver a leerlo. Para hacer que lean. Para conseguir que se conozcan. Para buscarnos.

RELATO GANADOR DEL CERTAMEN LITERARIO IES AL-QÁZERES 2018-19. 2º CICLO.



El corazón robado

A pesar de que parecía que no cabría una sola persona más, la gente no paraba de llegar. Las luces de los coches cegaban momentáneamente a aquellos que estuvieran conversando cerca de alguna ventana. Al parecer aquella era una gran fiesta, sin duda.
La casa se encontraba en medio del campo. Dicen las gentes que pertenecía a no sé qué familia rica, fundadora de no sé qué empresa. Y que hoy celebraban una fiesta por el aniversario de su fundación. Aunque aquello no se parecía a una fiesta de empresa. Había demasiada gente como para ser solo una fiesta de ese estilo.
La música era calmada, aunque casi inaudible por las decenas de conversaciones que plagaban toda la parte baja de la casa. Todos los invitados, o si no la mayoría, sostenían una copa de algún caro licor, algún caro champán o algún caro vino. Esa familia no escatimaba en gastos.
Un coche se paró justo delante de la puerta principal. Era negro, clásico, bastante elegante. Denotaba buen gusto por parte de su dueño. Una gran adquisición, sin lugar a duda. El mayordomo que se encontraba en la entrada corrió a abrir la puerta. Del automóvil bajó una mujer de verdosa e intensa mirada, envuelta en un traje que resaltaba ser bastante caro, como todo en aquellos extensos kilómetros cuadrados. Mientras, otra mujer de azulada y de, también, intensa mirada se acercaba a las escaleras situadas justo en frente de la puerta principal y conectaba la planta baja con la superior.
La mujer de caro traje entraba por la puerta serena e impasible. Miró hacia los lados, pero no encontró nada interesante. Alzó la vista y se encontró con una mirada que hizo arder su sangre. Se empequeñeció por un mero segundo ante aquellos ojos azules que la observaban desde la altura que las escaleras le brindaban.
Observó como ella se hundía entre la multitud al mismo tiempo que bajaba las escaleras. Se quedó allí, esperando por que apareciera. Solo recordaba aquel intenso azul que la hacia temblar internamente. Su pensamiento se vio interrumpido por una mujer rubia de tez blanca y otra vez estaban allí aquellos dos océanos, en los que no le hubiera importado ahogarse.
La mujer de cabellos rubios llevaba un vestido negro ceñido, que llamaba a gritos a la imaginación. La tomó de la mano y se la llevó a un ala de la planta baja. Su mano era suave, el apretón firme. Su toque le hacía arder por dentro.
La música en esa habitación había cambiado de ritmo, era más bailable. Así que bailaron. Sus cuerpos se movían al unísono, sincronizados. Se tocaban, se rozaban. Todo se volvía cálido. Calor. Fuego. Al final de la canción sus rostros quedaron tan cerca que notaban el aire sus respiraciones. Se miraron. No se dijeron nada, ni una palabra resbaló por ninguno de sus labios, estaban sobrevaloradas.
Esta vez fue la mujer de verdes ojos quien tomó su mano y la arrastró entre las multitudes hasta las escaleras por las que la rubia había bajado antes.Entre tantos juegos de besos, pequeñas luchas por tomar el control, jadeos, roces, pensaban que les resultaría imposible llegar a alguna habitación. Las llamas que recorrían sus cuerpos hacían que su cordura enloqueciera. Y su autocontrol era destruido por aquel fuego que las consumía.
Su casi ya inexistente paciencia les brindó una habitación de las decenas que habría en aquella mansión. Poco tardaron deshacerse de las prendas que obstaculizaban sus distintos objetivos. El vestido estaba fuera. La mujer de ojos azules se demoraba deliberadamente en los botones de la camisa mientras sonreía de manera pícara. Notó un pinchazo en su cuello, fue un dolor agudo. Alzó su mirada hasta encontrarse dos esmeraldas que reflejaban una mirada intensa que la sobrecogió y después... nada. Oscuridad.
La morena de ojos verdes la tendió en la cama y le quitó el sujetador, lo hizo a un lado. De un bolsillo de su chaqueta sacó un instrumento. Se acercó a la cama. Observo a aquella mujer. Se parecía a la descripción del personaje de la Bella Durmiente: cabello rubio, tez blanca, labios rosados. Resaltaba aquel pícaro lunar encima de su labio. Era muy hermosa. Se abalanzó sobre ella, quedando a horcajadas sobre su cintura, empuñando aquel instrumento el cual deslizó por su piel. Se hundió fácilmente y se deslizó con suma suavidad y delicadeza. Apartó piel y grasa, y ahí estaba su objetivo, escondido tras unos barrotes de calcio. Se maldijo. No tenía nada con que quebrarlos. Esto no estaba planeado.Pero no importaba.Tras mucho esfuerzo se deshizo de ellos. Un pequeño reguero carmesí manchaba ya las sábanas. Con los barrotes fuera solo le quedaba cortar los conductos. El reguero aumentó su caudal, fluía más rápido, rebosó. Pequeñas gotas iniciales, seguidas por una catarata mancharon el suelo de madera de nogal. La oscuridad de la habitación hacía que aquel líquido se mezclase con la madera. Le temblaban las manos, su mente era incapaz de procesar aquel éxtasis que
recorría su cuerpo. Creía que incluso podía haber alcanzado el clímax. El olor a sangre la excitaba. Jadeó. El líquido manchaba sus manos, sus brazos, manchó su camisa incluso.
Pero nada de aquello importaba. Estaba caliente, aún arrancado se esforzaba por latir, por bombear. Entre sus manos tenía el motor de la vida de la joven rubia de azulada y, también, intensa mirada.
MACARENA GALÁN
2º BACHILLERATO D

martes, 14 de mayo de 2019

Escribimos nuestros cuadernos de viaje.

Los alumnos de 4º de E.S.O realizaron un viaje a París en el mes de marzo organizado por el Departamento de Francés. 
Con la finalidad de dar a conocer la experiencia vivida, han elaborado un "cahier de voyage" que incluye fotos, anécdotas varias, algún que otro documento gráfico y lo más importante: valiosas reflexiones personales. Esperamos que los disfrutéis. 
                                                                                                                                      





PROYECTO BUBISHER

Hoy, 13 de mayo de 2019, hemos tenido la suerte de contar en la Biblioteca del centro con Palma Aparicio, una de las responsables del proyecto Bubisher.
Nuestros alumnos ya conocían dicho proyecto porque 2 ESO A ha trabajado mucho y muy bien sobre él y lo han dado a conocer en toda la ESO. Pero si queréis refrescar la memoria o si no lo conocéis, os dejo el enlace en el que podéis ver parte de su trabajo:
Como la parte del proyecto dedicada a Bibliobuses y Bibliotecas era conocida, Palma nos ha adentrado en los campamentos saharauis, nos ha mostrado cómo viven, cuál es su cultura y cuáles son las dificultades a las que niños y adultos se enfrentan en su día a día. No hay que olvidar que los saharauis no tienen nada, ni siquiera patria.
Lo que hemos visto y escuchado hoy es una lección de vida que no olvidaremos.





Después de Murakami, nos preparamos para la recta final de nuestro club de lectura.

Como ya sabéis, hemos dedicado los meses de febrero y marzo a la última novela de Murakami, La muerte del comendador. Después de leer el volumen 2, y tras las expectativas que nos habíamos creado con el 1, parece que Murakami se ríe un poco de nosotros o nos tiende una trampa en la que no hemos sido capaces de dejar de caer. La novela termina de una manera más convencional de lo que nosotros esperábamos: su narrador y protagonista regresa al mismo punto desde el que emprendió su viaje, instalado en una rutina y una cotidianeidad cualquiera, ni buena ni mala, y eso en principio desconcierta al lector. Pero, eso sí, esa vuelta la hace en paz consigo mismo. Ahí radica la diferencia. Por eso no hemos leído mil páginas "para nada", porque aunque el protagonista regrese al mismo sitio, ya no es el mismo. La experiencia del sufrimiento, del viaje y de la entrega a la aventura lo han cambiado. Por eso esta novela se entiende como un viaje de autodescubrimiento: es necesario salir al mundo para volver a encontrar el equilibrio interior. Y en ese camino, hemos aprendido que es necesario creer en algo, entregarse a algo, a pesar de los miedos que nos bloquean y nos paralizan. Parece un cuento, sí, un cuento escrito con una prosa hipnotizante que atrapa al lector como en una suave tela de araña.
Y vamos enfilando ya la recta final de nuestro club de lectura en este curso escolar. Nuestra próxima sesión será el 23 de mayo y en ella disfrutaremos de la charla sobre la última novela de nuestro querido Luis Landero, Lluvia fina, a la que estamos deseando ya mismo hincarle el diente. 

Pero, mientras tanto, como queda mucho para el 23 de mayo, os invitamos también a participar en la sesión del club de lectura para alumnos y profesores en torno a la novela de Carmen Martín Gaite Nubosidad variable. Será el lunes 29 de abril, a las cinco de la tarde, en el salón de actos de nuestro centro. No te lo pierdas: LEER TE DA VIDAS EXTRA.