jueves, 21 de abril de 2016

Celebramos la Fiesta de las Letras en el IES Al-Qázeres

Hoy, jueves 21 de abril, hemos concluido las actividades que el Departamento de Lengua Castellana y Literatura ha organizado para celebrar nuestra Fiesta de las Letras en estos días cercanos al 23 de abril. Dichas actividades comenzaron ya la semana pasada con el Encuentro Literario con Beatriz Osés para 1º y 2º de ESO, del que dejamos constancia en una anterior entrada en este blog. Continuaron el martes 19 con la presentación del libro de Ana María Reviriego Con Velázquez, que tuvo como público a nuestros alumnos de 1º de Bachillerato de Artes Plásticas.
A 1º de Bachillerato estuvo dirigido también el Encuentro Literario con la escritora Pilar Galán, que giró en torno a su último libro de cuentos Tecleo en vano. Podemos decir que hoy jueves ha sido el plato fuerte de todos estos días, pues hemos tenido una mañana repleta de actividades: comenzamos con un Encuentro Literario con Eugenio Fuentes, quien se ha reunido con nuestros alumnos de 2º de Bachillerato para charlar sobre su última novela, Mistralia, la última entrega de la serie protagonizada por Ricardo Cupido, el personaje de Fuentes que, gracias a los alumnos de 2º de Bachillerato de Artes Escénicas, hoy ha tomado voz y rostro, pues nos ha visitado en nuestra biblioteca y ha tenido la ocasión de entrevistar al propio autor acerca de qué tiene pensado para él en el futuro.
Tras este provechoso encuentro, hemos continuado con la parte más lúdica de la jornada: la actuación de los juglares Pachi y Vicente, que nos han acercado al mundo de Cervantes con la recreación de escenas del Quijote y los dibujos de Fermín Solís
Pero no, todavía no hemos terminado, pues queda pendiente para la próxima semana la entrega de premios del Certamen Literario del XXV Aniversario de la Creación del IES Al-Qázeres, que se realizará el miércoles 27, durante nuestro Día del Centro.
Como veis, no paramos. Todo sea por la causa, es decir, por la literatura o por Cervantes o, en definitiva, por la palabra...




Sobre el Encuentro con Pilar Galán, nuestro compañero César Nogales nos cuenta lo siguiente:
"Ya es la segunda vez que la escritora Pilar Galán está entre las paredes de nuestro centro. La primera vez en el Salón de Actos, ahora en la Biblioteca. Allí un grupo de alumnos del Primer Curso de Bachillerato de todas las modalidades. Si no hubiera venido, nosotros el jueves hubiéramos escuchado su voz en su columna, Los jueves sociales, de El Periódico Extremadura. Pero de nuevo, con nosotros. Hoy para hablar de Tecleo en vano, su último libro, que todos hemos leído con tanto placer.
Y es que esta escritora morala es, seguramente, la autora más representativa en Extremadura del cuento literario, si bien también autora de una sólida obra novelística, que le hacen ser junto con Justo Vila, Gonzalo Hidalgo Bayal, Eugenio Fuentes y José Antonio Leal las plumas más significativas de lo que en Extremadura se hace con las palabras en la narración.

Parte de ese reconocimiento está en los premios que ha recibido a lo largo de su vida como escritora, tarea que realiza desde que apenas era una muchacha. Así recibió el premio del Certamen Nacional de Narraciones de la UNESCO, el Hermanos Caba, el Helénides de Salamina, el San Isidoro de Sevilla, el Certamen Internacional Miguel de Unamuno, el Max Aub, el Ana María Matute, el Internacional de cuentos de invierno de Ponferrada. Y otros, seguro, que el que habla desconoce.
No sólo es autora de cuentos, reunidos primero en 2002 bajo el epígrafe de El tiempo circular, publicado por la Editora Regional de Extremadura, que nosotros hemos podido ahora leer aumentado en volumen de 2010. También mereció la pena leer en el año 2003 su Manual de ortografía y sus Diez razones para estar en contra de la Perestroika, además de los Cuentos para ser contados. Dos relatos aparecen en Una de cine negro (2005). El anterior a este es Paraíso posible.
Son cuatro las novelas que han llegado a nosotros. A saber: Pretérito imperfecto (2001), Ocrán-sanabu (2002), Ni Dios mismo (2006) y Grandes superficies (2010). Gran parte de su obra publicada en De la luna libros. Editorial extremeña que hace un esfuerzo por presentar una literatura de calidad. Y muchas veces lo consigue.
Pilar Galán también ha escrito teatro y el punto final y el epílogo de Diez razones para estar en contra de la Perestroika son dos poemas que no tienen desperdicio para los que devoramos páginas y los que todavía no sabemos bien qué utilidad tiene la literatura.
Llegó Pilar Galán y nos habló y los alumnos y profesores escuchábamos y escuchábamos y escuchábamos. Los rostros de los jóvenes, alegres, sonrientes, iluminados, sus cuerpos tensos, como para dispararse hacia el lugar desde donde ella lanzaba el impulso, un impulso que llega desde una voz tierna que es capaz de arañar con la ironía, con el humor, con la alegría de estar allí.
Y sin embargo los cuentos de Tecleo en vano –leámoslos- están tan llenos de tristezas, por los fracasos, por la vida tan igual, por no cambiar nada, por ser quienes somos.
Dice Xannia que Tecleo en vano narra la vida sin edulcorantes, y yo que digo que sí, pero con azúcar. Y nos entendemos. Y también me habla de ironía trágica. Y me río torciendo el labio. Y creo que tiene razón. Y yo no sé decirlo de otro modo. Un libro en el que protagonista es la lengua, el verbo, la gramática.
Otra alumna, María, habla de personas desdichadas normales. Desdichadas normales. ¿Se puede decir mejor? Y dice que las pequeñas desdichas son la esencia de la vida. Ojalá nunca les hubiéramos enseñado eso. O mejor: qué bien que ya lo saben.
Dice Isabel que Pilar Galán empatiza con el lector a través de las vidas infelices. Y dice que la narración, tantas veces en primera persona, es la clave que da el tono a lo contado. Isabel, ha aprendido, no sé si lo sabe, a gustar de las historias que se cuentan al oído. Puestos en boca personajes que hablan con la voz que les cede Pilar Galán, que parece que escribe de oído, como los si fuera un guitarrista.
Y Ana habla de la crueldad del paso del tiempo, y de la necesidad de tomar conciencia: una melodía de karaoke nos hace ver que ya no queremos locamente, Dice otra vez Ana. Y la ternura ante el dolor de la enfermedad. Y habla de palabras fuertes. Esas que suenan mal en la vida.
Clara me habla de la vida como un supermercado, y seguimos por los pasillos de la vida, de las relaciones. Y habla claramente Clara del fracaso, el nuestro, dice, y el de nuestra lengua. Y nos habla de un río en el que nunca nos bañaremos dos veces. Clara ya conoce a Heráclito.
Todos hablan, escriben, teclean escribiendo lo que dicen, y ahora callan, porque Pilar Galán sigue hablando y contando y explicando y señalando con los ojos, tecleando con la mirada, y hoy sabemos qué bueno es estar aquí con ellos.
Leyendo Tecleo en vano hemos aprendido que a veces somos felices, porque no consta lo contrario; a veces no decimos las cosas porque la vida no deja, que no es posible decir porque los verbos han perdido el subjuntivo y los deseos se esconden en otras palabras, o en los ecos de las que dijimos; porque las palabras nos tapan, nos ocultan: son las que decimos en clase, para que los otros no nos reconozcan; a veces la cocina de casa, con su mesa y su hule rojo, creo, no abre un sitio para otro, y estamos lejos, porque somos aves de paso; a veces no hablamos porque la vida sucede casi siempre en diciembre, y los árboles no se encienden. Y estamos solos. Muy solos, rodeados de tanta gente, en medio de una boda. Por eso ahora, tecleamos todos, todos, todos, tecleamos en vano, porque a veces nos creemos que somos felices. Y así somos felices. Aunque a veces no lo somos, aunque estemos amando locamente, y llegar al trabajo en lunes es duro si no fuera porque …, y así ahora sí, parecemos felices. Malditos verbos, que no somos capaces de decir nada y dejamos de escribir, porque estamos otra vez tecleando en vano. Gracias Pilar, Pilar Galán, por acompañarnos en esta soledad".
Y sobre la presentación del libro de Ana María Reviriego, también César escribe: "Estuvo con nosotros la poetisa –poeta- Ana María Reviriego. Hicimos con ella algo que no es frecuente: los alumnos no habían leído su libro Con Velázquez. Varias eran las razones. Ella es amiga de releer su propia obra, y la lectura que hizo no sólo era con su voz, con sus ojos, con sus manos, como nos leen otros muchos poetas. La mesa se llenó de recados para escribir, de libretas de ejercicios escolares de su abuela, de marcos de cuadros por los que mirarnos todos, de imágenes de la obra velazqueña, de pinceles y colores. Su voz también estaba llena de colores, de tonos, de modulaciones que llenaban las páginas del aire de una biblioteca que, con los jóvenes allí, se volvió silencio y sorpresa.

Nos presentó su último libro, que llega después de Érase una vez el mar, y después de Poemas y después de La ventana abierta.

Se llama, ya lo hemos dicho, Con Velázquez. Son, nos dice ella, apuntes para un retrato y nos muestra a un Diego de Velázquez encerrado mirando su cuadro, decidiendo. De eso trata: de la mirada del artista. De lo que ve, de lo que vemos todos y de lo que sólo pueden ver los que son artistas. Y es que los artistas son hombres y mujeres idénticos a nosotros, igual, sienten como nosotros, viven como nosotros, piensan como nosotros. ¿Qué es lo que nos hace artistas? ¿Qué tiene, qué han de tener nuestros alumnos de Bachillerato de Artes para ser, sentirse queremos decir, artistas?

Y la respuesta de Ana María Reviriego es la mirada. Los artistas, que ven lo mismo que los demás, miran de manera distinta. Miran lo que los ojos no ven. O, para decir mejor, miran lo que el alma sabe que está detrás, dentro, alrededor, junto a las cosas, las personas, las realidades. Eso es lo que hace a un hombre (Velázquez), o una mujer (Reviriego) o un muchacho (Carlos), una muchacha (Teresa) estudiantes de bachillerato de Artes.

El libro, en edición bilingüe, español e inglés, está organizado en cinco partes. La luz que configura el mundo es la primera, en la que los colores, sin forma, está en la paleta y en el aire, y fuera unas niñas, meninas, que ríen. ¿Cómo contar la risa que fluye? A la Venus de espaldas, le sujeta Cupido el espejo, y su rostro, borroso, no se conoce porque la luz, que también llega allí, es cómplice del silencio.

Y mientras Ana María Reviriego, habla y habla y habla y ejemplifica y corrige al pintor, y recuerda al novelista triste que con alegría contó las cosas. Y nosotros, también nos llenamos de luz, de la que sale de sus palabras, de la poeta, que lo es también cuando habla y cuando canturrea, cuando nos mira.

Y el tiempo se vino encima , y nos aplastó y llegó el silencio y en la calle llovía, gris, el día y la tarde que vino después. Con Velázquez vimos las luz y con Ana María Reviriego brotó la compañía de las palabras. Para eso queremos la poesía. Para eso le hemos dicho a Ana María Reviriego que vuelva y el tiempo no nos aplaste otra vez".

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