martes, 1 de marzo de 2016

Taller de microrrelatos en nuestra biblioteca

El pasado viernes, 26 de febrero, nuestros alumnos de 1º de Bachillerato pudieron disfrutar en nuestra biblioteca de un Taller de microrrelatos impartido por el profesor de la UEX D. Ramón Pérez Parejo. El Departamento de Lengua del IES al-Qázeres está muy interesado en iniciciar a nuestros alumnos en este género narrativo, que parece muy propio para dar unos primeros pasos en la aventura de escribir. Los chicos acudieron voluntariamente, es decir, que de algun manera ya está sembrada en ellos la semilla del interés por la creación literaria. Se trató de una sesión muy práctica en la que se vieron claramente las características de este género a través de la lectura de microrrelatos de muy distinta índole, muchos de ellos escritos también por alumnos de Secundaria. Esperemos que pronto veamos los frutos de este tipo de actividades. Aquí podéis ver el cartel anunciador de la actividad, diseñado por nuestra compañera de Dibujo Mª Jesús Martín, algunas fotos del acto y la presentación que hizo nuestro compañero de Lengua César Nogales.




Nuestro compañero César Nogales nos cuenta de esta manera cómo transcurrió la jornada:

       "Ramón Pérez Parejo (Santa Amalia, Badajoz, 1967), que es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura y Master en Enseñanza de Español como Lengua Extranjera por la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid, ha estado hoy en nuestro IES para impartir un curso obre el Microrrelato. 
        Ha sido una presencia muy interesante para todos los que le hemos podido escuchar. Los alumnos de Primer curso de bachillerato de las tres modalidades estaban atentos, aprendiendo cuanto el profesor les decía. También nosotros, sus profesores (Nuria Hernández, Juan Barriga y César Nogales), que desde que la Coordinadora de la Biblioteca, Coro Carrillo, nos planteó este taller sabíamos lo productivo que podía ser. Hoy nos envidian nuestras compañeras María José Calero y Mariluz Domínguez. 
        Ramón Pérez Parejo es actualmente profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Extremadura; pero antes fue profesor de Enseñanza Secundaria, y sabe bien la preocupación primera de los profesores de lengua y literatura: que los alumnos lean, y lo hagan placenteramente. Él ha trabajado sobre temas de didáctica de la Lengua, también sobre literatura infantil y juvenil, sobre cine y educación, sobre teoría literaria y español como Segunda Lengua. Conoce muy bien la poesía española de la segunda mitad del siglo XX, y la literatura que se hace en Extremadura, y también la poesía latinoamericana contemporánea escrita por mujeres. Recordad que el curso pasado acudimos a un recital de poesía de mujeres poetas latinoamericanas cuya presentación corrió a su cargo. Pocas veces aprendemos tanto en tan poco rato. 
          Ramón Pérez nos hizo ver cómo muchos de los procedimientos que planteamos en nuestras clases no sirven verdaderamente para hacer que nuestros alumnos lean. También cómo hay maneras, fáciles, de hacer llegar a los jóvenes la literatura de calidad. 
            Una de ellas es el microrrelato. Por su brevedad, por su concisión, por su capacidad de sugerir.
Y así nos leyó una batería de estos. Motivadores, interesantes, concisos, precisos, preciosos. Y luego, los alumnos también, en silencio leyeron otros, y opinaron, y comentaron, con la naturalidad con que se comenta lo que nos gusta, lo que nos apetece, lo que nos sorprende. Con la naturalidad de lo que nos maravilla.
Cuando yo era niño, siempre quise tener una navaja multiusos, de esas que tienen muchos filos, escondidos en una cachas de nácar. De aquellas, como la que vi en una película a un golfillo. Yo quería una. Para pelar una manzana, para raspar un palo, para abrir una botella, para descubrir un montón de sardinas en fila, durmiendo un sueño antiguo. Pero nunca la tuve.
Luego empecé a leer. Me hice lector como otros se hicieron futbolistas. Y pronto supe que los libros que yo leía eran esa navaja multiusos que tanto quise. Con los libros que leía podía hacer mil cosas, como si cada uno de ellos fueran, mágicos. La mejor de todas: vaciarme y llenarme. Cada vez que leo me vacío, y salen de los libros que otros escribieron mil cosas que hay en mi. Pero luego sé, al cerrar la última página de un libro, que en realidad estoy lleno, quiero decir pleno. Me vacío y me lleno. Y los libros son los filos se esa navaja que me serviría para tantas cosas. Y así hasta hoy. Y seguro será así siempre.
Y al escuchar a Ramón Pérez he pensado en esto: que aquella navaja que yo quise y nunca tuve, con cachas, dije, de nácar, la he tenido siempre. Eso es leer: tener la navaja aquella que deseé. Todos esos microrrelatos que nos leyó me lo han recordado. 
Nos ha enseñado qué es un microrrelato. A ver si lo digo: no es un poema en prosa, aunque lo poético es tan vivo en él; tampoco es una fábula, pero mucho tiene que ver con ella; ni un cuento, pero casi ningún tipo de texto cuenta mejor que él. Es un texto muy conciso, pero a la vez es sugerente, aunque no deja de ser preciso, sin que deje de ser casi siempre sorprendente. Tal vez sea un subgénero del cuento, y tal vez es la esencia de él. Recordemos que José Emilio Pacheco inventó el término en sus Inventarios.
Podemos decir, aunque no es del todo verdad, que el microrrelato es una de esas voces potentes, poderosas que nos llega de América, y que se ha instalado acá y allá y ya nunca se marchará, si es que alguna vez estuvo ausente, pues al pensar en ellos nos acordamos de los bestiarios medievales que tanto nos gustaron algunas veces, o en aquellas breves historias que oíamos al calor de la lumbre, hermanos de los Haikus. Tal vez sea un género fronterizo, o una variante más del cuento literario. El microrrelato por su brevedad, por cómo están condensados sus elementos, por su capacidad de evocar y también de sugerir, participa del poema, de la pintura, de la fotografía. Y no es ninguno de ellos. Es un chiste serio, muy serio. Pero no es un aforismo. Lejos del ensayo, cerca de la sorprendente anécdota. 
Está ya el microrrelato en algunos poemas en prosa del modernismo. Tampoco olvidamos las Historias de cronopios y de famas (1962) y Un tal Lucas (1979) de Julio Cortázar o La vuelta al día en ochenta mundos (1967). El más conocido autor de microrrelatos será Augusto Monterroso, con su libro La oveja negra y demás fábulas, (1981). Aunque yo no olvido a Ana María Matute y su libro Los niños tontos.
Hemos dicho que los microrrelatos son breves, y sus característica brevedad hace que ante los demás parezca una obra menor.
Su brevedad condiciona el tema y todas las demás características: el uso de un lenguaje preciso, la utilización de la anécdota comprimida, el carácter proteico, la concisión, la intertextualidad, el final sorprendente, la participación del lector; así como la concentración del espacio y del tiempo.
Todo esto nos lo ha enseñado Ramón Pérez Parejo. Muy bien contado. Si no lees, bachiller, es porque no quieres, que él ha puesto ante tus ojos microrrelatos de otros jóvenes que se sentaron a escribirlos, y de los mejores autores de la literatura universal que los cultivaron.
Recordad lo acordado: vamos a escribirlos. Y los publicaremos en nuestro blog de la Biblioteca, y seguiremos haciéndolo, porque nos merecerá la pena, y nos presentaremos al concurso del centro y seguiremos haciéndolos, hasta que contemos el mundo, hasta que ellos dejen de contarnos. Hasta que abramos todas las hojas de nuestra navaja multiusos. Sus cachas son de nácar".

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