La
tercera entrega de “Nuestros autores: Escritores de Extremadura” está dedicada
a la figura de dos poetas extremeños de la primera mitad del siglo XX. El
primero de ellos, Enrique Díez Canedo, participó de los movimientos
posmodernitas y de vanguardia; el segundo, Jesús Delgado Valhondo, representa
la postura comprometida políticamente con las libertades tras la contienda
civil española.
Enrique Díez Canedo
Trabajo
realizado por María Magdalena Palacios, Jorge Jiménez y Daniel Nevado, 4º B.
Enrique Díez Canedo (Badajoz, 1879
- México, 1944).
Su familia materna provenía del pueblo extremeño de Alburquerque, pero durante
sus años jóvenes la familia se trasladó sucesivamente a Badajoz, Valencia,
Vigo, Port Bou y Barcelona; en esta última ciudad fallecieron sus padres en un
breve intervalo de tiempo. Se trasladó a Madrid donde estudió derecho, después
de esto explicó Historia del Arte en la Escuela de Artes y Oficios, y Lengua y Literatura
francesas en la
Escuela Oficial de Idiomas.
Organizó varios actos, homenajes a Rubén Darío, a
Benito Pérez Galdós, a Mariano de Cavia.
Empezó su trayectoria poética publicando sus
primeras poesías en Versos de las horas, 1906. Colabora como crítico de
poesía en la revista La
Lectura y como crítico de arte en el Diario Universal
y en el Faro. Como crítico teatral se inició con una serie de artículos
en El Globo, 1908. En 1921 colaboró con Juan Ramón Jiménez en la
realización de la revista Índice, por amistad.
Entre los años 1909 y 1911 trabajó en París como
secretario del embajador de Ecuador. Esto no impidió que escribiera también en España,
El Sol, La Voz,
La Pluma
y Revista de Occidente.
Ayudó a Juan Ramón Jiménez para que aparecieran
en El Sol algunas colaboraciones suyas. Gracias a su intervención, un
poema de Gerardo Diego pudo salir en España.
En plena Guerra Civil, colaboró en Hora de
España y participó en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. También
dirigió la revista Madrid.
Enrique Díez Canedo estuvo muy interesado por la
evolución de la prosa en España. Entre sus obras mas destacadas están:
-
Los dioses en el Prado, 1931.
-
Artículos de crítica teatral. El teatro español de 1914 a 1936.
-
La sombra del ensueño, 1910.
-
Versos de las horas, 1906.
-
Imágenes, 1910.
-
La poesía francesa moderna, 1913.
-
La visita del sol, 1907.
-
Algunos versos, 1924.
Como vemos, no todos los poetas
de los primeros años del siglo XX se sintieron atraídos, como Luis Chamizo, por
los temas regionales. Hubo quienes se interesaron por conocer las corrientes
estéticas que venían de Francia y que, inspirándose en los versos de Rubén
Darío y de Juan Ramón Jiménez, cultivaron una
poesía modernista en la que, además de cisnes, princesas y palabras
esdrújulas, encontramos una reflexión
acerca de la propia poesía y de la labor del poeta. Así lo vemos, por
ejemplo, en el poema de Enrique Díez Canedo titulado “Aspiración del poema”:
Eternidad del
poema,
entrevisto de
repente,
laborado
lentamente
con aspiración
suprema
de domeñar un
problema
díscolo, de luces
fuente
fecunda, para una
frente
deslumbradora
diadema!
Verbal medalla en
que acuña
con su divisa su
altivo
perfil el artista
puro!
¡Templado acero
que empuña
mano firme, y
llega al vivo
corazón de lo
futuro!
El estallido de la Guerra Civil y las
duras condiciones de la posguerra supusieron, al igual que en el resto de la
literatura española, una brusca y radical ruptura con los aires de renovación
que se vivieron hasta entonces. Ante la desolación económica, moral y cultural
del momento, los poetas extremeños van a reaccionar de modos diferentes: a
través de una poesía de estética oficial (Alfonso Albalá, Coria, Cáceres,
1924-1973), la llamada poesía rehumanizada, que refleja la desolación moral y
el existencialismo en poetas como JESÚS
DELGADO VALHONDO (Mérida, 1909-Badajoz, 1993) o a través de una poesía
directamente desarraigada, de denuncia social y compromiso, como podemos ver en
los versos de MANUEL PACHECO
(Olivenza, 1920-Badajoz, 1998) y de LUIS
ÁLVAREZ LENCERO (Badajoz, 1923-Mérida, 1982). Estos tres últimos poetas
forman la tríada de referencia de la poesía del medio siglo en Extremadura.
Presentamos aquí una breve semblanza y una selección de textos del primero de
ellos.
JESÚS DELGADO VALHONDO
BIOGRAFÍA
Jesús Delgado Valhondo nació
en Mérida el 19 de febrero de 1909, pero tras la
muerte de su padre la familia se trasladó a Cáceres. A los seis años quedó
marcado por las consecuencias de una enfermedad que durante el resto de su vida
le dejó una cojera. Estudió magisterio y en 1934 aprobó la oposición de ingreso
en el cuerpo de maestros, iniciando su carrera docente en Trevejo, en
el norte de Cáceres. Tras la
Guerra Civil española, la Ley de 10 de febrero de 1939, que fijaba normas
para la depuración política de funcionarios públicos, supuso una sanción y un
traslado forzoso debido a su afiliación a Alianza Republicana y por
haber ostentado el cargo de Secretario de la Unión General de
Trabajadores en el sector de la enseñanza.
Fue co-fundador de la revista
literaria Alcántara (1945), y de la Asociación de
Escritores Extremeños, del que hoy es presidente honorario. Trabajó como
articulista para el Diario Hoy y
a través de su producción literaria, llegó a recibir el reconocimiento de
artistas de renombre como Juan Ramón Jiménez que declaró: “Ahora se
escribe en España muy buena poesía. Aquí traigo un libro, La esquina y el viento, de Delgado Valhondo, nutrido de la mejor
poesía moderna”.
En 1978 recibió el
Primer Premio de Poesía "Hispanidad" y en 1979 se presentó
en las listas de la Unión de Centro Democrático en las elecciones
municipales, siendo elegido teniente alcalde de Badajoz. En 1988 le
fue concedida la Medalla de Extremadura por sus méritos humanos,
profesionales y literarios y en julio de 1993 fue nombrado Hijo Predilecto
por el Ayuntamiento de Mérida.
Desde su fallecimiento el 23 de
julio de 1993, se han publicado varios libros recopilatorios tanto de su prosa
como de su poesía, además de análisis de su obra por parte de otros autores, y
en 2005 se creó la Fundación Delgado Valhondo para difusión y
promoción de su obra. La
Biblioteca Pública del Estado en Mérida lleva su nombre.
Bibliografía
Hojas húmedas y verdes. Alicante,
Colección “Leila”, 1944
El año cero. San
Sebastián, Cuadernos de poesía “Norte”, 1950 (presentación de Pedro
Caba).
La vara de avellano. Sevilla,
Colección “Angaro”, 1974.
Un árbol solo. Badajoz,
Institución cultural Pedro de Valencia, Diputación Provincial, 1979.
Huir. Badajoz, Del
Oeste ediciones, 1994 (prólogo de Santiago Castelo).
De “Canto a Extremadura”, poema premiado con la Flor Natural en las
Juntas Literarias de Badajoz, en 1950, entresacamos estos hermosos versos:
Encinas
|
“Yo no sé si la
encina ha nacido de roca
o ha nacido de polvo que levanta el rebaño o ha nacido de tierra, seca, caliente y loca, o ha brotado en la siesta, o es un dolor extremeño.
Yo no sé si la
luna resbalando en el suelo,
yo no sé si fue el búho inventándose el nido o tormenta apretada a los barros del cielo o cuento de la bruja o causado quejido.
Encinar extremeño,
mis heroicas encinas,
mis sufridas encinas milenarias y llenas de cigarras, de tórtolas, de olor de campesinas, como si fuese sangre sin encontrar sus venas”. |
Y estos son otros de sus hermosos poemas:
EL TONTO DEL POZO
Se ha caído en el pozo.
Iba a coger pájaros de luz
y su mano encontró la sombra
que tiró de su sangre.
Y ahí está, en el pozo,
por los siglos de los siglos del agua.
Las golondrinas lo llevan en la garganta
y hacen con él gárgaras de lirios.
El culantrillo le crece por la piel
y la humedad le mantiene
sin raíces.
Hoy ha cogido un gorrión por las patas
y ríe a reventar.
Igual que cuando el cubo se sale
y el agua le da en la cara
arrugada como una carta que se tira
al fondo del tiempo.
De
La vara de avellano, 1974
UNO
Es mi vida asomada
a oscura luz de nido,
existencia de huido,
azahar de la nada.
El recuerdo dormido
vuelve de madrugada
a la noche ganada
al dolor y al olvido.
Me busco y me confundo,
aurora de la infancia
de la que soy perdido:
en el mar de tu mundo
creciendo la distancia
busco lo que no he sido.
De Huir, 1994
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