“Con los hilos de esculpir siluetas…”
Juan Manuel Bermejo Vivas
Padre de Judith Bermejo Durán
Sube la luna sola a sus escenarios. Y se abordan entresijos placenteros.
Y luce sola, y a diario, en un cielo chiné.
Con los costados ajados de arrastrarse por senderos solitarios
y, siempre anacoreta, a ras del suelo.
Y con deterioros en las primaveras.
Y sin convicciones en las alboradas.
Y con los tenues recuerdos de vivas luces
de ciento cien mil millones de hogueras.
Es, cada noche, un navío a la deriva.
Un glosario de ofrendas al hastío,
para acabar abrochando holgadas decepciones
a la liturgia de unos dedos sin cupido.
Y con aspavientos en las comisuras,
Y con naufragios en las hendiduras.
En el bajel que, anclado al cuerpo,
allá pernocta a orilla de desafinadas canciones.
Ha hilvanaado con mesura sus bahías
"parce qu'il faut" esculpir
ciento cien mil millones de firmamentos.
En balnearios desterrados de su cuento:
Y se avecina el alba, y grita…
Y la luna, anacoreta, sin bendita lencería…
Allá, con nostalgia que empaña las pestañas.
Y con los hilos de sastre de bordar fracasos.
Ausente de “weekend”, de risas, de “fashion”.
Y sin los hilos de esculpir siluetas se avecina el fruncir de ceños.
Y abovedar el infinito sordo con blandos entresijos,
Y con la tenue sinrazón constelar el corazón, con la ternura
de cuerpos mutilados de compendios de marionetas…
Sé bienvenido a mi circo. Suenan balas de fogueo,
(me voy diciendo al oído), mientras retraso este vuelo.
Es hora de aquel paseo entre las dunas de marte.
Espejos de sueños rotos brillan como escaparates.
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