martes, 30 de mayo de 2017

Mis libros, mi viaje. Mª José Calero.






La lectura me atrapó y aún no he conseguido desengancharme.

Los libros me animan, me consuelan, me divierten, me ayudan a viajar a otros mundos y a otras épocas.

Tuve la gran suerte de que mi padre me llevara a la biblioteca desde muy pequeñita. Allí me leía muchos cuentos y después me iba a casa con los que más me habían gustado para que me los releyeran durante la semana. ¡Menudo tesoro!

Aprendí a leer rodeada de la colección Barco de vapor, disfruté muchísimo con lecturas como La bruja Mon, y me hacía mucha gracia una frase que se repetía “Y un jamón, dijo la bruja Mon”, y Fray Perico y su borrico, una novelita muy humorística y que me enganchó desde el principio.

Y así fui poco a poco metiéndome en el mundo de los libros. Descubrí el placer de leer a clásicos como Las metamorfosis, La Eneida y la Odisea, lecturas que aún siguen vivas y que me han ayudado a entender mejor a otros autores más actuales.

Siempre quise ser profesora de inglés y comencé a acercarme a la literatura anglosajona de la mano de Harry Potter, Jane Eyre, Cuento de Navidad y David Copperfield. Libros que me sirvieron para evadirme por completo de la realidad a la vez que aprendía mucho vocabulario en inglés.

Sin embargo, mi último año de instituto fue crucial en mi vida. Ese año conocí la poesía de Luis Cernuda y Antonio Machado, el teatro de Valle-Inclán, la narrativa de Delibes y me llamó tanto la atención la literatura latinoamericana que ese verano devoré Cien años de soledad y Como agua para chocolate. Sí, en junio cambié mi rumbo y opté por estudiar Filología Hispánica. Desde ese momento me lancé de lleno a la lectura de obras escritas en castellano y me hice una lista con todos los libros que deseaba leer. Aún lo hago, que quede claro, y es una práctica que recomiendo a todo el mundo: tener una lista donde apuntes todos aquellos libros que te gustaría leer.

En mi época universitaria las novelas que más me gustaron fueron, sin duda, El Quijote, La Regenta y Peñas arriba. El teatro de Lorca y la poesía de Ana Rosetti.

Entre mis últimas lecturas, destaco La voz dormida, Madame Bovary, El primo Basilio, La sonrisa etrusca y El tiempo entre costuras.

No me olvido de las lecturas juveniles que disfruto con mis alumnos. Las que más me han calado han sido Donde los árboles cantan, El príncipe de la niebla, La ciudad de las bestias e Historia de una escalera.

En fin, por encima de todo, lo que más me define son las ganas de seguir leyendo. Esa sensación de entrar en la biblioteca y encontrar cientos de libros que me encanaría leer. Sí, la lectura  me ha atrapado y no he conseguido desengancharme. ¡Ojo! Ni quiero.

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