jueves, 11 de mayo de 2017

El cuento literario en Extremadura: Encuentro literario con la escritora Pilar Galán.


Los estudiantes de Primer Curso de Bachillerato tuvimos el pasado viernes, 5 de mayo, la suerte de estar junto a Pilar Galán, que nos habló y nos contó sobre todo aquello que días antes había despertado nuestro interés. El propósito del departamento de Lengua castellana y literatura y de la Biblioteca Escolar era que la lectura se hiciera en nosotros. Leer por leer: por el gusto/disgusto de leer, leer para ser, leer y ya está.
Habíamos hablado en clase sobre los cuentos populares, sobre el cuento tradicional (no olvidamos los extremeños), sobre la historia del cuento y cómo se instala en nuestra historia literaria, sobre el cuento literario y los autores más importantes, especialmente los que escribieron a partir de la década de los cuarenta en el pasado siglo.
Habíamos hablado de todo ello. Y leímos, leímos los cuentos en clase y en casa de Pilar Galán y José Antonio Leal Canales. Y nos gustaron.
Habíamos leído los cuentos de Pilar Galán y la clase se llenó de silencio cuando, prestándole nosotros nuestra voz (¡qué caray: haciéndolos nuestros cuando los leíamos!) se alzaron las palabras de Septiembre, o de Manual de ortografía, o de Gormitti, o  aquel cuento que se llamaba Usted tiene cara de llamarse Antonio,  o TQ 1WBO, o Sara Montiel no es mi padre,  o Selectividad, junio, o Don Juan. Leyendo los cuentos de José Antonio Leal Canales se nos llenó la boca de García Márquez, como en A contratiempo, o El ahogado imposible, o Las estaciones del olvido, o Quizás llegue mañana el Valbanera, o Garras de la memoria. Leímos a estos dos escritores extremeños, a Pilar y José Antonio, sabiendo que disfrutábamos, que nos gustaba lo que hacíamos. Y aprendimos, vaya si aprendimos: a imaginar, a dolernos, a lamernos nuestras heridas, a soñar, a saber dónde está el fracaso, a mirar, a encontrar, a buscar, a perder, a alcanzar, a olvidar, a recordar, a vivir. Aprendimos a vivir.
Y el viernes vino Pilar Galán. Leal Canales no pudo estar aquí, pero en el encuentro recordamos sus cuentos e imaginábamos sus respuestas.
Hablamos con ella sobre el placer de la lectura, sobre el placer de la escritura, sobre el dolor de escribir y saber que hay que hacerlo, sobre la necesidad de las palabras, sobre cómo escribir y para qué y para quién, sobre el valor de las palabras, sobre lo que se dice y lo que se calla, sobre este mundo y los otros, sobre la muerte y la vida, sobre el sufrimiento, y la soledad. Hablamos sobre los que cabe en una novela y en un cuento, sobre lo que se calla para que se sepa, sobre las pasiones del alama, sobre las pasiones del cuerpo, sobre nosotros. Los cuentos hablan de nosotros. Sobre los demás. Los cuentos hablan también de los demás.
Hablamos y hablamos. Y los estudiantes preguntaban, inteligentes, osados, preguntaban sobre otros autores, sobre ella, sobre el panorama literario, sobre las formas del cuento, sobre la extensión, sobre el relato y el microrrelato, sobre la poesía del cuento, sobre la narración del cuento.
Y todos bien atentos, sin mirar sus móviles, sin temblar con la campana del final de la clase, sin removerse, atentos, todos atentos a lo que ella decía, a lo que sus colegas decían.
El viernes vino Pilar Galán y nos contó el cuento, serio, triste, alegre, humorístico, el cuento, digo, de la vida. Y nosotros los vivimos, escuchando, cerrando los ojos y abriendo las palabras.
                                  César Nogales Herrera, Departamento de Lengua Castellana y Literatura
                             


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