Después de tres semanas de curso, ya estamos en marcha... y desde el
equipo de biblioteca retomamos la cita con "el texto del mes".
Si los dos cursos anteriores poesías y textos
contemporáneos elegidos por nuestros compañeros nos llegaron presentados
por Coro, este año cambiamos un poco el formato. La idea es que desde
cada departamento se elija un artículo divulgativo relacionado con su
área que será presentado y enviado por Rayuela y, al igual que en cursos
anteriores, estará fotocopiado en los dos edificios.
Lo llamaremos "El artículo del mes" y deseamos que os resulte interesante. También esperamos que sea una un forma de expresión y comunicación con la que todos disfrutemos.
Inaugura el mes de octubre el departamento de Matemáticas.
Hemos elegido un artículo de Clara Grima (profesora de Matemática Aplicada de la Universidad de Sevilla) y por cierto, ¿alguna vez habéis participado en un sorteo donde los aspirantes empiezan a contar a partir de una letra extraída al azar del alfabeto? Seguro que sí. Pues os va a interesar.
Gema Redondo
No es fácil llamarse Clara Grima y decir que eres matemática, créanme. […] Lo malo es que cuando crees que ya “hiciste callo” y no puede afectarte el chistecito porque eres una persona adulta y tal, descubres con horror que tu querido apellido además puede dificultar tu acceso a un abono de la ópera.
Sí, hubo un tiempo en el que mi santo (como diría Elvira Lindo) y yo, intentábamos comprar un abono para el Teatro de la Maestranza de Sevilla y nos encontramos con que uno de los procesos de selección para los clientes era un sorteo en función de los apellidos, absolutamente demencial desde el punto de vista de la probabilidad.
Extraído
de Clara Grima:
“La importancia
de llamarse Grima”
Lo llamaremos "El artículo del mes" y deseamos que os resulte interesante. También esperamos que sea una un forma de expresión y comunicación con la que todos disfrutemos.
Inaugura el mes de octubre el departamento de Matemáticas.
Hemos elegido un artículo de Clara Grima (profesora de Matemática Aplicada de la Universidad de Sevilla) y por cierto, ¿alguna vez habéis participado en un sorteo donde los aspirantes empiezan a contar a partir de una letra extraída al azar del alfabeto? Seguro que sí. Pues os va a interesar.
Gema Redondo
LA IMPORTANCIA
DE UNA LETRA
No es fácil llamarse Clara Grima y decir que eres matemática, créanme. […] Lo malo es que cuando crees que ya “hiciste callo” y no puede afectarte el chistecito porque eres una persona adulta y tal, descubres con horror que tu querido apellido además puede dificultar tu acceso a un abono de la ópera.
Sí, hubo un tiempo en el que mi santo (como diría Elvira Lindo) y yo, intentábamos comprar un abono para el Teatro de la Maestranza de Sevilla y nos encontramos con que uno de los procesos de selección para los clientes era un sorteo en función de los apellidos, absolutamente demencial desde el punto de vista de la probabilidad.
Pero, por Bayes, ¿cómo podía
ser
esto?
El sorteo consiste en sacar una letra
de las 27 del
alfabeto y empezar a contar, en la lista de aspirantes, desde el primer apellido posterior (o anterior
en
otros casos) a la citada letra hasta completar el número de agraciados. No tiene desperdicio, ¿eh?
Cada vez que
me acuerdo, cuento la anécdota
como algo
pasado
y
antiguo, pero me entero de que ese tipo de sorteos se
siguen haciendo, por ejemplo:
• Para dirimir empates en la puntuación en los procesos de admisión de alumnado en la Junta de Castilla y León.
• En la región de Murcia para el desempate en las convocatorias para la provisión de puestos de trabajo de la
Administración Regional por
el Sistema de Concurso de Méritos,
que se convoquen durante 2013.
• En el Ayuntamiento de Brenes para ¡sortear viviendas de protección oficial!
• Y sí, esto no es cosa de provincias, que en el Ayuntamiento de Madrid, también, miren si no cómo lo hacen para la adjudicación de
plazas en Centros
Abiertos Especiales y
Centros
Integrados.
Ese tipo de sorteos es absolutamente injusto, puesto que
hay
algunos apellidos que juegan con
más
papeletas que otros. ¿Cómo puede ser alguien
beneficiado frente a otro
por el simple
hecho de
llamarse, por ejemplo, Abad?
No tengo nada en contra de nadie que se llame Abad de primer apellido, pero, macho, es que juega con muchas papeletas, mientras que los Grima vamos detrás de
todos los García, Gómez, González…
Me parece
desde cualquier punto de vista muy preocupante que alguien
pueda verse perjudicado por un problema grave de
anumerismo. Por si
alguien no lo ha oído antes, anumerismo es un término acuñado por John Alles Paulos para designar la falte de conocimientos básicos de Matemáticas
Por si
algún desconfiado está dudando de mi palabra
[…] voy a
tratar de explicarlo con
un ejemplo usando una
lista pública en
la que además estoy
yo,
la lista de profesores de mi
departamento con docencia en mi mismo centro.
Imaginemos que, por sorteo, vamos a elegir a uno de
los
profesores de
mi departamento
para concederle una paga especial de, no
sé,
5000 euros.
Sacamos una
letra y elegimos al primero, por orden
descendente, por el primer apellido.
Pues bien, yo no tengo papeletas en ese sorteo. ¿Por qué? Pues porque
si en el mejor de los casos sale la G, se lo llevaría Garijo que
es el primer
apellido en orden descendente.
Solo juegan aquellos cuyo primer apellido es el primero,
alfabéticamente,
entre los que empiezan
con esa misma letra. Pero, no todos tienen la misma probabilidad. Porque Garijo solo
gana en el caso de que
salga
la G en la bolita, pero vamos a pararnos un poquito y veamos qué
pasa en otros casos.
Por
ejemplo, mi compañera Fernández Delgado, ganaría con la bola de
la E (ningún apellido de
esta lista comienza con E) y con la bola de la F. Es decir, tiene, por ejemplo, el doble de probabilidad de salir
que Garijo e infinita más que Grima. Jiménez saldría con la
bola de la I (ningún apellido de esta lista comienza con I) y con la bola de la J. Lo mismo pasa con López que juega con la bola de la K y de
la L. Osuna juega con 3 bolas:
la de la N, la de
la Ñ y la de la O.
Real juega con 2 bolas: Q y R, Valeiras con 3 bolas: T, U
y V, y Álvarez con 5
bolas: W, X,
Y, Z y A. Toma ya.
Pongo
aquí una tabla con
las probabilidades de cada
uno en el caso de un sorteo de estos
de las letritas,
con un solo
premiado.
Para
calcular la
probabilidad de cada candidato, basta
con
dividir el número de bolas que le
dan el premio, 5 en el caso de Álvarez, entre
el número total de
bolas, 27. Bueno,
luego he
multiplicado por
100
para escribirlo con
porcentajes que parece que
gusta más
¿Me creéis ahora?
[...]
Espero a estas alturas haberos convencido de que este tipo de sorteos es absolutamente injusto y se han usado, y se
siguen usando, para
adjudicaciones
que pueden ser fundamentales en la vida de una persona, no es la ópera, es un colegio,
un trabajo, una casa…
Pero qué se puede esperar de un país en el que se le niega una beca de
investigación al mejor físico joven
experimental según la Sociedad
Europea de Física, español,
por cierto…
¡Viva
el vino! Y tal.
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