Imitando
al poeta murciano José Mª Álvarez en su libro
Museo de Cera, hemos querido celebrar para ti y todas las
mujeres trabajadoras, aunque como están las cosas no tengan
trabajo, el
Día
de la Mujer.
Que
estas palabras sean un homenaje a todas las mujeres que no tienen
nombre y que nosotros hemos querido poder nombrar
A
la
que mira la luna y se baña de sol. La que esconde lo que
quiere mostrar. La que va a la compra y casi se vende. La ministra.
La menesterosa. La misteriosa. La madre, que hizo de padre. La que
enseña latín. La que sabe latín. La Virgen. La
que enciende las luces del día. La que apaga el silencio. La
de Raimundo Lulio. La que se asomaba para gritar “la cena”. La
que arde en deseo. Cleopatra. La deseada. La desvirgada. La deseante
también. La que leía novelas de Pérez y Pérez.
La que nunca se quitó el largo guante. La que lo hizo sin que
yo la viera. La que hace que me muerda los labios. La brava. Las
mujeres de El Corbacho. La dama de Elche. La que vendía
picadura. La que hace que haga la cena. La que vale para un roto y un
descosido. La que enseña lengua. La que anda despacio. La que
tiene sueño de tener sueños. La que afila los dientes.
Melibea. La de la frente alta. La que está detrás de un
gran hombre. María magdalena. La que se guarda en la noche
entre cuatro cartones,. Marie Curie. Las de Las mil y una
noches. Las esforzadas. Las que no tienen tiempo. Las
colmadas. Las que van al amor. La que va por delante de todos los
hombres. La que se llamaba Lucía. La que agacha los ojos. La
del memo de su marido. La que nunca dice sí, porque es
insumisa. La que vive en palacio. La enamorada del capitán
Aldana. La que tiene prisa de que pase el invierno. La que compró
el soldado en febrero. La que suspendió en junio. La que probó
todo. La que no sabe nada. Las descamisadas. La que sabe a
membrillo. La mujer de Max Estrella, y su hija Claudinita. Las que se
marean con una copa. Las que vienen de vuelta. Las plurales. Las de
las malas pulgas. Teresa y sus últimas tardes. La portera. La
partera. También María de Zayas y Sotomayor. La que
amargamente sonríe. La que tiene lo que hay que tener. La que
no tiene nada. La que se pasea para que la vea. La que leo al derecho
y al revés. La que me inventa para mejorarme. La tía
soltera. La que nunca estaba. La que se fue. La que no sabe si
meterse monja o echarse a la vida. La que siempre estuvo. Carolina
Coronado. La que barre la mierda de mi corazón. La que mira a
la nieta y llora. La que no vale un duro. La que miro a los pies. La
que vuela si quiere. Aquella que huele a pescado. Y a pecado. La niña
de la guerra. La que me dice tú estás loco. La que ha
visto morir a la hija. La que lo tiene todo y no lo sabe. También
Salomé. Dolores Ibárruri. La serrana de la Vera.
Margarita en su jardín. La estatua con palomas. Doña
Inés. La que me vende el pan. La que me venda el alma. La que
dice habibi. La que amó Andrés Hurtado. La de la honra
deshonrada. La flor de la canela. La del bigotito de Charlot.
Mademoiselle Isabel. La de por competir con tu cabello. La que tiene
ganas. La que tiene hambre. La que nunca duerme si yo estoy
despierto. La que iba a la fuente. . La de Ópera Prima.
La que cantaba Jorge Negrete. La que deshace la nieve y congela el
tiempo. La infame. La que no se esconde. La que cierra el puño
en la calle. La que me da la mano. La que me dijo que sí.
Todas las putas juntas. Pandémica. Las pasionarias. Celeste.
Las hijas del capitán. También Mata-hari y Marguerite
Yourcenar. Las que vieron el Veda. Las bailarinas que vi en El Prado.
La que rompió el cántaro.la sobrina de Don Quijote y el
ama. Ana Ozores. Las insatisfechas. La que me quiere con un largo
silencio. La Callas. Y la Bella Otero. La madre que me parió.
Y la que te parió. La Garbo. La que me da de beber con el
veneno silábico de su nombre.
Por
ti levanto mi copa el ocho de marzo de dos mil trece.
César Nogales Herrera (Dpto. Lengua castellana y Literatura)
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