El último artículo
elaborado por los alumnos de 4º ESO “B” del IES “Al-Qázeres” sobre los
Escritores de Extremadura está dedicado a una poeta extremeña, Irene Sánchez
Carrón, cuya obra ha sido incluida por la crítica dentro de unas de las
tendencias más importantes de la poesía que se cultiva actualmente en España:
la poesía de la experiencia, ya que, como podemos ver en los textos seleccionados,
sus poemas son sobre todo la comunicación de una experiencia, íntima y
personal por un lado, pero con la que el
lector puede identificarse, por otro.
Irene Sánchez Carrón
Artículo
elaborado por Lourdes Román, María Carrasco y Lucía Pérez, de 4º B.
Irene Sánchez Carrón nació en 1967 en Navaconcejo,
pueblo situado en el Valle del Jerte (Cáceres). Es Licenciada en Filología
Inglesa por la Universidad
de Extremadura y en Filología Hispánica por la Universidad Nacional
de Educación a Distancia. Es Máster de Español para Extranjeros por la Universidad Antonio
de Nebrija. Mediante una beca de «Auxiliar de Conversación», impartió clases de
español en Londres durante el año 1991. También trabajó como asesora en la Unidad de Programas
Educativos de Badajoz y Cáceres. Actualmente es profesora de Lengua Inglesa en
el I.E.S. “Norba Caesarina” de Cáceres.
Fue ganadora del Premio “Valbón” 1996 de Valencia
de Alcántara (Cáceres) y del Premio “Hermanos Argensola” 1997 de Barbastro
(Huesca), con el poemario Porque no somos dioses, publicado en
1998.
Su gran juventud no fue obstáculo para que Irene
Sánchez obtuviera en 1999 el ''Premio
Adonais'', uno de los más importantes galardones de la poesía española,
como premio a su excelente poemario Escenas principales de un actor secundario,
que se publicó en 2000 en la editorial Rialp.
En 2001 colaboró en el libro conjunto Siete
poetas, siete poemas y una canción publicado por la editorial De la Luna Libros.
Más tarde, en 2002, publicó un pequeño libro de
canciones titulado Sevillanas, y en el mismo año Atracciones de feria, de
la colección Abezetario patrocinada por la Diputación de Cáceres.
Su último galardón corresponde al «XI Premio
Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza» por su libro Ningún
mensaje nuevo editado por Editorial Hiperión en el año 2008. Ningún mensaje nuevo es un poemario en
el que la autora ha seleccionado un personaje femenino con el que se puede
identificar y al que expone a distintas situaciones de la vida cotidiana, desde
asomarse al balcón, en el primer poema, y pensar que es mejor no pensar en la
poesía, hasta meterla en un portal mientras llueve; un personaje femenino que
atraviesa por distintas situaciones muy reconocibles en las que la autora
pretende que al final haya emoción. La parte central del libro es amorosa.
Destacan en la obra su dedicación a sentimientos comunes, como el amor “bien
matizado de erotismo”, la identidad en transformación y el gusto por los
libros, así como la presencia de imágenes rescatadas de la memoria de un mundo
infantil desaparecido y su lenguaje delicado y denso.
En 2010 la Editora Regional de Extremadura
recogió sus dos primeros poemarios, que estaban agotados, bajo el título de El
escondite. Desde 2009 es colaboradora habitual del periódico regional Hoy.
Hemos
seleccionado para su lectura los siguientes poemas de Irene Sánchez Carrón:
Al final
"Los ojos ven, el corazón presiente."
Octavio Paz
Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.
Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.
El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.
Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
a que todo termine.
De "Porque no somos dioses" 1998
"Los ojos ven, el corazón presiente."
Octavio Paz
Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.
Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.
El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.
Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
a que todo termine.
De "Porque no somos dioses" 1998
Amanecer
Mientras duermes te miro.
Me recuerdas
el frío de las fuentes en los labios,
el prado debajo de la espalda,
la indescifrable danza de las nubes,
el dulce sabor de diminutos dedos en la masa,
la tierra en las uñas,
los pies mojados en los charcos,
los bolsillos repletos.
Contigo junto a mí
los días recobran la suave textura de la cera
y repiten mil veces el amanecer.
Contigo junto a mí
veo pasar de largo la tristeza.
De "Escenas principales de un actor secundario" 2000
Mientras duermes te miro.
Me recuerdas
el frío de las fuentes en los labios,
el prado debajo de la espalda,
la indescifrable danza de las nubes,
el dulce sabor de diminutos dedos en la masa,
la tierra en las uñas,
los pies mojados en los charcos,
los bolsillos repletos.
Contigo junto a mí
los días recobran la suave textura de la cera
y repiten mil veces el amanecer.
Contigo junto a mí
veo pasar de largo la tristeza.
De "Escenas principales de un actor secundario" 2000
Infancia
“Soñaba
el corazón…
¡Oh sueños de la escuela!
Concha Méndez
Calles estrechas,
balón,
cristales rotos,
la rodilla escociendo sobre el suelo,
última fila en clase,
solitarias vocales buscando consonantes,
los números en serie bajo las uñas sucias
y un nombre escrito en todos los cuadernos,
en todas las paredes,
sobre tu propio aliento en el espejo,
tu mano en el alféizar alimenta a los pájaros
mientras repites
que España limita al norte con el mar Cantábrico
y alguien te clava espigas
en el jersey de lana.
De "Ningún mensaje nuevo" Editorial Hiperión 2008
Ningún
mensaje nuevo
Porque te robaré hasta el
alma, te enseñaré a bailar…
Bebe
Los días que no vienes
compruebo los mensajes,
ningún mensaje nuevo,
revuelvo los cajones,
me voy de un lado a otro,
esta casa parece
un teatro vacío,
libros en los estantes,
poemas archivados,
oscuridad, silencio,
manos en los bolsillos,
compruebo los mensajes,
ningún mensaje nuevo,
me asomo a la ventana,
esta ciudad es como
tantas otras ciudades,
las mismas avenidas,
lugares que se copian
en blanco y negro el tedio,
compruebo los mensajes,
ningún mensaje nuevo,
escucho las canciones
que me hiciste aprender,
de pronto estoy bailando,
río y subo el volumen,
sobre
las caderas se mueve mi falda…
abro el cuaderno,
escribo,
me asomo a la ventana
y grito mi mensaje:
nunca sabré de qué sales huyendo
los días que no vienes.
De Ningún mensaje nuevo, 2008.
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