Cuando empecé a leerla temía que fuera muy sentimental, pero no ha sido así. Creo que el autor consigue, después de veinte años necesarios, escribir una buena novela sobre su padre, su asesinato, su familia, su país y sobre sí mismo a partir de sus diarios.
Destacaría la necesidad del autor de escribir sobre su “papá” para que se le conozca, aún sabiendo que el olvido es el destino que a todos nos espera; y que la persona para la que realmente la escribe, su “papá”, nunca la leerá.
Es una novela llena de ideas y frases bellas. Encaja todas las contradicciones con naturalidad. El autor cree en el respeto y confía en el ser humano. Y a pesar de todas las tragedias y atrocidades, podemos ser felices practicando la bondad y la justicia; usando la resistencia y las palabras para combatir la crueldad y la injusticia; y buscando la belleza en los detalles sencillos.
Cito: “Si quieres que un niño sea bueno, hazlo feliz; que sea más bueno, hazlo más feliz”.
Al terminar de leer esta novela sentí una necesidad apremiante de ver y escuchar al autor. Y así lo he hecho durante horas. Él mismo reconoce que después de haber escrito “El olvido que seremos” se quedó muy tranquilo; sintió una emoción satisfecha y una alegría contenida. Dice que escribirla no fue un acto de venganza.
Luz Castela
Departamento de Orientación
Para completar la lectura os recomendamos el documental Carta a una sombra:
También os dejamos el trailer oficial de la película que compite en los Goya y podremos ver en mayo en los cines españoles:
Cerramos la entrada con el soneto de Borges cuyo verso da título a la novela y que tenemos en el marcapáginas que ha preparado para nosotros nuestra compañera Conchi Gómez, que ha presentado hoy el libro:
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