sábado, 25 de noviembre de 2017

"El balcón en invierno", de Luis Landero, en el Club de lectura IES Al-Qázeres.

Miércoles, 22 de noviembre de 2017. Lleno total en la Biblioteca del IES Al-Qázeres. Si en el mes de octubre, Patria nos convocó después de las vacaciones veraniegas con un tema tan poco frecuente hasta ahora, pero tan necesario, en la literatura española, en el mes de noviembre Luis Landero se lleva la palma y consigue con El balcón en invierno la sesión con una mayor asistencia de participantes de los cuatro años de andadura que ya tiene nuestro club -en las fotos fatan algunos participantes-. He pensado bastante acerca del porqué de este poder de convocatoria y estas eran algunas de las cosas que se me ocurrían: la incuestionabe calidad literaria, un estilo narrativo aparentemente sencillo y a la vez muy trabajado y muy lírico; una voz narrativa que suena auténtica; el testimonio de un pasado que en ocasiones reconocemos como nuestro, la capacidad de conmover al lector, de llevarlo de la risa al llanto; la recreación del paisaje extremeño... Estas son, entre otras, algunas de las razones que explican, a mi juicio, este lleno total. 
Y eso que mis compañeros no sabían la sorpresa que les esperaba en esta sesión, las palabras que Luis Landero nos dedicó para la ocasión vía correo electrónico y que transcribo a continuación:  "Queridos lectores: Mil gracias por ocuparos de mis cosas. Es un honor, y espero que el panorama que se ve desde mi balcón sea de vuestro agrado, y que mis palabras os hayan deparado gratas horas de soledad. Seguro que a muchos os será familiar lo que cuento en mi libro, y que su lectura os habrá recordado pasajes de vuestra vida, o de la vida de vuestros mayores. Yo lo he escrito con el corazón, y quisiera que de mi corazón llegara al vuestro. Que don Quijote y Scherazade, los santos patronos de los lectores, os acompañen y protejan. Que paséis una buena tarde, en estos tiempos en que ya apenas se estilan los coloquios pausados y el gusto por las cosas hechas con jeito y lentitud. Y que, si os tomáis luego una caña o un vino o un mero sorbo de agua, sea a la salud de los libros y de todos nosotros. Un abrazo grande,
Luis"
Pues sí, que la literatura nos siga deparando muchas tardes como esta, de celebración de las palabras. Gracias a ti, Luis, por tu eterna amabilidad.

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