El pasado jueves, 19 de febrero, celebramos una nueva sesión de nuestro club de lectura. En esta ocasión conversamos sobre una de las novelas cortas del escritor austriaco Stefan Zweig, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, que nos recordó inevitablemente, sobre todo en lo que respecta a su estilo y su estructura narrativa, a su otra novela corta protagonizada también por un personaje femenino, Carta de una desconocida.
También charlamos sobre la biografía que se publicó el año pasado y que aclara muchos aspectos acerca de la vida errante que llevó Zweig y de las circunstancias de su suicidio. Si estáis interesados en saber más acerca de este escritor, estoy segura de que tiene que ser muy interesante.
"¿Usted no encuentra, pues, odioso, despreciable, que una mujer abandone a su marido y a sus hijas para seguir a un hombre cualquiera, del que nada sabe, ni siquiera si es digno de su amor? ¿Puede usted realmente excusar una conducta tan atolondrada y liviana en una mujer que, además, no es ya una jovencita y que siquiera por amor a su hijas hubiese debido preocuparse de su propia dignidad?", le pregunta la protagonista de Veinticuatro horas en la vida de una mujer al narrador. Y este le contesta que, en su opinión, la verdadera integridad moral consiste en comprender a los demás, no juzgarlos y ser fiel a uno mismo. Zweig fue un hombre de su tiempo, un hombre de principios del siglo XX, pero los problemas que planteó en sus novelas, a pesar de todos los avances y logros que las mujeres hemos conseguido en muchos terrenos, siguen teniendo sin duda vigencia en nuestros días. O por lo menos, eso es lo que pensamos algunos componentes de nuestro club. Leer o releer las cien páginas de esta novela: una buena manera de pasar una tarde.
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