miércoles, 29 de octubre de 2014

El azul es un color cálido




 Le bleu est une couleur chaude ,  Julie Maroh. 2009, editions Glénat, Dibbuks, Madrid, 2011.

                  El azul es un color cálido es una novela gráfica que nos habla del deseo de vivir y de  la búsqueda de la identidad, del amor y  del desamor, de la felicidad y del desencanto, de la plenitud y de la decadencia, todos estos ingredientes se entremezclan en la vida de la protagonista, pero sus  emociones, tan universales, bien pueden adaptarse a cualquier otra persona.

                Clementine es una quinceañera que asiste regularmente a sus clases de instituto, siguiendo los cauces propios de una chica de su edad: estudia, sale con sus amigos, se enamora, tiene sus primeras experiencias sexuales, pero  su mundo se trastoca totalmente cuando se cruza en la calle con una pareja de chicas, una de ellas tiene el pelo teñido de azul y la sonríe. Clementine se enamora completamente de Emma, y a partir de entonces llevará una doble vida para ocultar su amor prohibido. Sus ganas de ser aceptada por el grupo, pero, sobre todo, su inmenso deseo de amar y ser amada, su lucha contra los recelos de la sociedad, los de su propia familia y los suyos mismos sumergen a Clementine en una vorágine de dudas, desencanto, mentiras e infelicidad.
                 
                Algunos críticos califican la  narración que acompaña a los dibujos  como excesivamente trágica y lacrimógena, sobre todo la puesta en escena de la lectura del diario y la voz en off que acompaña todo el cómic; otros resaltan la valentía de la autora al mostrar  maravillosamente esa sensación dulce-amarga que nos embarga cuando tenemos delante al ser amado. Nosotros dejamos que el lector saque sus propias conclusiones. 

                 Desde mi punto de vista, el uso de los colores es una de las mejores señas de identidad de esta novela gráfica. Así, Julie Maroh utiliza el color gris en las páginas que hablan de la adolescencia de Clementine y de la separación de las amantes, cuando conoce a Emma usa el color azul, y la historia se ilumina. La paleta del dibujante es más amplia cuando se narra el periodo en el que Clementine y Emma viven juntas. La lectura de la parte final del diario, en la que se reviven los años vividos juntas, pero también la ruptura y el abatimiento de Clementine,  posee una gama de colores cálidos más variada, todos ellos tamizados por un constante filtro azul. Julie Maroh hace toda una declaración de principios con el título de la obra, pero el uso de este juego de colores es un instrumento  más para  derrumbar los dogmas preestablecidos en nuestra sociedad.

            

La vie d’Adéle, Chapitre 1 & 2  ( 2013) Palma de Oro del Festival de Cannes ,  escrita y producida por el tunecino Abdellatif Kechiche y protagonizada por Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux.
 

   La película “ La vida de Adéle”  se basa libremente en la novela de Julie Maroh, el  propio título ya  vaticina  una ruptura  con el cómic y con la autora del mismo.  El director,  Abdelatif Kechiche,  cambia el nombre de uno de los personajes, Clementine, por Adéle, homónimo de una de las actrices principales,  y la convierte en protagonista  absoluta de la trama y de la película. Según cuentan las crónicas del rodaje, el autor impuso una disciplina y un nivel de exigencia  tan férreo a las actrices que el rodaje se convirtió en una experiencia traumática para ellas, por otro lado, el tratamiento de las escenas sensuales entre las amantes hizo que Julie Maroh se separara definitivamente del proyecto.


                Las diferencias entre la novela gráfica y la película son bastantes evidentes, ya que la segunda supone, desde mi punto de vista, una lectura mejorada del cómic. El estilo de la novela gráfica es bastante dramático, desde el principio conocemos el final, y esa idea  tiñe la novela de una  amargura y un  pesimismo de los que no logra desprenderse. Por otro lado, el narrador del relato  trasluce  también un alejamiento entre el cómic y la cinta. En el primero, es Clementine, a través de su diario, quien  nos describe  la historia; en la segunda, es la visión del director, a través de la cámara,  la que presencia la evolución de Adèle desde una muchacha insegura  a una mujer devastada por la soledad.  Kechiche  realiza una película mucho más profunda que el cómic, ya que explora el universo de los sentimientos de una forma tan sutil y turbadora que deja al espectador desbordado por las emociones de una narración tan intimista.
                Si decides leer el cómic y/o ver la película, estaremos encantados de leer tus comentarios.
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