El pasado día 28 de marzo se celebró en nuestro centro un encuentro literario entre un grupo de alumnos de segundo de bachillerato y el escritor extremeño Luis Landero (Alburquerque, 1948).
La jornada literaria, que se inscribe dentro del Plan de Fomento de la Lectura promovido desde la Biblioteca del centro, estuvo organizada en colaboración con el Departamento de Lengua castellana y Literatura y supuso la culminación del trabajo que se viene desarrollando en nuestras aulas para que los alumnos conozcan, de primera mano, la obra de autores extremeños. Uno de estos autores autóctonoses el reconocido escritor Luis Landero, quien además ha estado siempre muy vinculado a la actividad docente, pues ha sido profesor de literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Se dio a conocer en 1989 con Juegos de la edad tardía, que fue galardonada con el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa 1990. La tensión y calidad que hicieron a Juegos de la edad tardía merecedora de todo tipo de premios se ha mantenido y ampliado con la publicación de sus novelas posteriores: Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007) y Retrato de un hombre inmaduro (2009).
Es precisamente sobre esta última novela, que los alumnos leyeron y trabajaron en clase de Lengua, sobre la que versó este encuentro literario que, más que como una charla magistral a cargo del escritor, se concibió como un diálogo entre el autor y sus lectores. Los alumnos comenzaron interrogando a Landero acerca del título, que contiene un adjetivo que resume muy bien la personalidad inestable y desdoblada del protagonista: “inmaduro”. Inmaduro es, según el autor, aquel que lleva una "conducta errática, sin referencias claras o quizás, con demasiadas referencias, que es lo que ocurre hoy en día". Y es inmadura la conducta de quien está demasiado expuesto al "azar" y vive con una "pervivencia de rasgos infantiles" que es muy propia de los artistas y escritores "que buscan prolongar su infancia".
Después las preguntas giraron en torno a los principales temas que plantea la novela, temas como la doble conciencia, el amor, la realidad objetiva y la imaginaria, el sabor agridulce de la libertad, los efluvios del poder, la belleza o la amistad; y también sobre la estructura narrativa de la misma, que se basa en una sola voz que fluye a lo largo del discurso rememorando el pasado de manera desordenada y caótica, a merced de una memoria que, pasados los años, aparece como una “aldea en ruinas”. Otros asuntos que interesaron a nuestros alumnos fueron el del humor y la sátira que recorren todas las páginas de forma bastante natural y, por supuesto, el tema de la ficción y la realidad, es decir, de la base autobiográfica de muchos de los personajes y de los sucesos por ellos protagonizados. En este aspecto, Landero nos sorprendió reconociendo este sustrato autobiográfico y demostrando así que, por extraña que pueda parecernos la vida de este personaje, al fin y al cabo, es la vida de un hombre corriente, un hombre normal: el hombre contemporáneo.
No podemos sino hacer un balance muy positivo de esta experiencia pues, como afirmaron los alumnos que presentaron el acto, “sin duda, actos como este nos ayudan a ver la literatura desde un prisma diferente, como algo vivo, un trampolín desde el que enriquecer nuestra formación cultural, nuestro bagaje de lecturas y nuestra vida personal”. No en vano Luis Landero, traducido a numerosas lenguas, se ha convertido ya en uno de los más destacados narradores españoles de las últimas décadas; es más, de entre los escritores contemporáneos españoles, ninguno como Landero representa, con tanta claridad, la renovación de la narrativa en español a partir de la última década del siglo XX.
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