sábado, 30 de abril de 2022

CERTAMEN LITERARO: 4º ESO, BACHILLERATO Y CICLOS: POESÍA


ELENA GÓMEZ VEGAS
2ºBachillerato E

¡Oh juven(tú)d!

 

“Como todos los jóvenes, yo vine A llevarme la vida por delante”.

(Jaime Gil de Biedma, No volveré a ser joven)

 

 

Mirando a través de la ventana del autobús,

comienzo a ver mis recuerdos en las calles, 

personas en cada esquina.

Ya no me duelen tanto las espinas por las que de pequeña sufría 

y en una calle fría,

se oye a mi adolescencia huir.

 

 Como si de un fugitivo se tratara, 

huye y en una estación, de repente para.

Coge el próximo tren,

 no le importa si está en el primer o en el sexto andén.

Ella quiere correr y yo le ruego en alborada,

que se quede conmigo, al menos,

hasta ver el alba.

 

Oh juventud, hazme eternamente inherente a ti

creo que no merezco vivir

sí no eres tú la que me corrompe y me hace bailar hasta las mil.

La que me acompaña cuando parece que todo desemboca en el temido fin,

y la que llora conmigo por la ansiedad antes de dormir.

 

 Ser recordada es siempre la premisa inicial, 

me da miedo lo fugaz.

Y qué absurda se me hace esta obsesión,

 teniendo en cuenta que finalmente, solo existe una motivación,

estar aquí un momento,

y después,

 se marchan los actores,

cae el telón,

y alguien pasa un sombrero al acabar la función.

 

 

¿Será acaso lo efímero de la vida,

 el motivo de la adicción a la eternidad prohibida?

 

 ¿Qué se siente al ser tan joven? 

Furia y amor.

Tristeza y desencanto.

Dicha y dolor


Sorpresa y desventura 

Oh juventud, ojalá estar a tu altura.

 

Deseos

 

 No sé si hay más verdad que los deseos.


 Somos nosotros sus creadores, ¿o acaso solo ejecutores?


 Lo único que sé es que lo más genuino y propio que tengo,

es aquello que deseo.

 

Esa colección que a veces ojeo,

 y que está dividida meticulosamente por secciones.

 En las primeras páginas, todo lo que le hubiera dicho a las personas de las que me enamoré

y que nunca lo supieron.

 

Si avanzas un poco más, tienes una categoría un poco más caótica. 

La de los quiero y no puedo,

y la de los no era mi momento, quizá en otra ocasión.

 

Todos mis deseos quieren salir de ahí.

 De ese álbum que insistí en cerrar con mil candados.

 

 Ahora se han hartado y quieren dejar de ser etéreos,

 

convertirse en momentos.


Un buen día de primavera,

conseguirán salir.

Y cuando ese día llegue,

 yo no haré nada por impedirlo.

 

No puedo condenar a nadie a esa esclavitud eterna.

 No puedo no dejarles al menos intentar que se cumplan.

 

Nunca podré cortarle las alas a esos ángeles novatos empeñados en volar.

Nunca debí encerrarlos en las páginas que no supe rellenar.

 

Algún día os agradeceré que aprendierais a volar.

 

 



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