Este otoño nos ha traído el regalo de poder leer y emocionarnos con la última novela de Luis Landero, a caballo entre la ficción y la autobiografía. Algo de esto nos aclaró él mismo en la presentación de su libro, que tuvo lugar en la Biblioteca Pública de Cáceres el pasado mes de octubre: el contenido es autobiográfico, nos dijo el autor, pero el tratamiento es absolutamente novelesco.
En ese acto estuvo presente también nuestra querida amiga y escritora Pilar Galán, quien publicó ayer en su columna de los Jueves Sociales este artículo sobre la novela de Luis Landero. Os lo ofrecemos aquí para que los disfrutéis por si todavía no lo habéis leído y esperamos que os animéis así también a leer El balcón en invierno:
"No pasa nada en el nuevo libro de Luis Landero. No pasa nada, salvo su
infancia, la adolescencia, la muerte de su padre, la relación con su
madre, la emigración vista desde otro lado del espejo, la vida. No hay
aventuras salvajes, ni relaciones de amor desesperado, todo es
cotidiano. El campo, la diferencia con el pueblo, las academias
nocturnas. Las conversaciones al calor de la lumbre, los afanes diarios
de los padres para cumplir sus sueños sobre los hijos. La lucha de estos
contra los sueños impuestos. El trabajo de oficina, el camino de los
que llegan siempre tarde, los inventos de quienes buscan hacer fácil lo
difícil. La lucha entre la inclinación al ocio y la vocación literaria.
La lectura, internet y sus senderos, el niño que inventa frente al viejo
que busca palabras no usadas para recrear lo inventado. La sensación de
que la vida siempre está en otra parte, en el bar donde consumen las
horas los habitantes del barrio, en la parada de autobús, en las aceras.
La certeza posterior de que no existe otro sitio para el escritor que
la mesa donde espera la página en blanco. Las dudas. La inseguridad de
que se pueda montar una existencia sobre un equívoco. El hartazgo de la
ficción. El elogio de la mentira hecho por un niño con fama de
mentiroso, que inventa para agradar, para no defraudar las expectativas
de quienes ven en él un futuro hombre de provecho. No busquen sombras,
tramas negras, intrigas. Solo memoria, para que nada se pierda, la
aspiración de todo aquel que escribe. Así es la vida, así ha sido
siempre y está bien que así sea. Ese es el misterio. Lean este libro y
sabrán de qué hablo. Y no hay más".
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