Jueves, 8 de junio de 2017. El verano se ha presentado sin llamar, hoy hace un calor sofocante y parece una auténtica locura salir de casa esta tarde que amenaza con derretirnos para volver de nuevo al instituto, a nuestra biblioteca. Pero no nos queda otra: es la última sesión en este curso de nuestro club de lectura y hemos quedado con Lucia Berlin. Nos conocemos desde hace muy poco, pero el encuentro ha sido tan impactante que no podemos faltar a la cita.
En la biblioteca infinita de Babel la
tarea del club de lectura no resulta fácil: la mayor parte de los libros son
ininteligibles (combinaciones absurdas de letras y signos gramaticales). De vez
en cuando encontramos un texto que contiene una palabra, una frase o (con
suerte) un párrafo con sentido. Deducimos que en algún estante encontraremos
alguna obra completa; quizás un clásico que ya conocemos, o quizás un clásico
que todavía no ha sido escrito. Debería existir un Manual para clubes de lectura, probablemente con infinidad de versiones y matices. Uno
de ellos debe ser el que nos conviene, aquel en el que encontraremos el sentido
de la existencia de nuestro club. La tarea nos parece inmensa, inabarcable,
desesperante; pero nos ponemos manos a la obra. Nos repartimos el trabajo: cada
cual en su habitación, sus estantes, sus obras. Encontramos libros de viajes,
textos poéticos, románticos, realistas, sucios y limpios. Nos llamamos a voces, alborozados. Comentamos
lo leído y nos interrogamos con la mirada. Seguimos buscando. La historia se
repite. Cunde el desencanto y nos sentamos cansados y perplejos.
Me despierto: “Idiota -me digo-, era solo
un relato de Borges”. Suena el teléfono: la compañía de Gas y Luz Perpetua me
ofrece un nuevo contrato de suministro de ídem con condiciones inmejorables.
Interrumpo la conversación impaciente: “No puedo atenderte, me esperan en el
club de lectura del instituto para comentar una obra de Lucia Berlin”
(explicación innecesaria). El operador dice: “Lo entiendo, a mí me encanta”. José Miguel Iglesias Rodríguez
Que comentario tan atinado para este cierre del club de lectura del curso. Nos vemos pronto para leer juntos de nuevo, es un placer.
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