Nuestra biblioteca se une como todos los años a esta celebración porque desde su modestia es un lugar preferente en el centro.
Todos estamos de acuerdo es un lujo de espacio y tan atractivo para leer y estudiar tranquilamente, que los alumnos y alumnas del centro corren a pasar sus recreos en ella.
Además, aquí tienen lugar muchas de las actividades y encuentros que se relacionan con la lectura, con la enseñanza o con la educación... Y siempre es un lugar agradable y versátil para talleres y exposiciones.
En esta, nuestra biblioteca, celebramos todo lo celebrable, nos reunimos y leemos, nos reunimos y comentamos lecturas, con alumnos, con profesores, con padres. Vemos y comentamos películas; invitamos a personas para escucharlas hablar de lecturas, de libros, de cine de ilustración o teatro.
Y también están los libros que envuelven al visitante y que esperan pacientemente a ser liberados de los estantes para entrar en su cabeza, para abrirse y mostrar, para llevarnos por un recorrido apasionante, para hacernos soñar, temer, reir, pensar o imaginar.
Este es el texto que nos propone el Plan de Fomento de la lectura de Extremadura para esta celebración:
Una idea muy hermosa de la lectura y de los libros imagina las bibliotecas como
lugares en los que esperan, al acecho, dragones, piratas y personajes de cuento; todos
esos prodigios vivirían allí, como dormidos, porque solo se vuelven reales cuando la
lectura los despierta. Me gusta mucho esta imagen, pero no es así como entiendo las
bibliotecas, mi biblioteca. La mía está llena de gente, gente normal, con mejor o peor
suerte en la vida. Lectores que podrían haber protagonizado una novela, pero con los
que coincido al consultar el catálogo en un ordenador o en la mesa de préstamo: esa
es mi biblioteca. ......continúa
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