Ebiblio Al-Qázeres

jueves, 4 de abril de 2019

Segunda sesión de las Jornadas dedicadas a Juan Rosco


Ayer, miércoles 3 de abril, celebramos la segunda sesión de las Jornadas de Poesía Experimental organizadas por el IES Al-Qázeres dedicadas a Juan Rosco, poeta visual y profesor de Geografía e Historia tan querido y admirado por todos nosotros. La tarde de ayer se convirtió, igual que la del martes, en todo un homenaje a Juan Rosco y en una reivindicación de la poesía experimental como auténtico lenguaje artístico, como vía de comunicación de la rebeldía y la individualidad del artista y como fuente y medio de expresión de la creatividad entendida como libertad. El poeta experimental Juan Manuel Barrado hizo un recorrido por toda su trayectoria poética y el director de la Editora Regional, Francisco Javier Amaya, nos mostró la historia de la edición de la poesía visual en Extremadura. La tarde terminó con una mesa redonda titulada "La poesía que se ve y se lee", en la que participaron, además de los ponentes citados más arriba, la poeta Emilia Oliva y el maestro de los poetas experimentales, Antonio Gómez. Aunque podemos decir que toda la tarde fue una especie de mesa redonda, pues tuvimos el privilegio de gozar de ese ambiente de cordialidad y comunicación que a veces surge, de manera sencilla y a la vez sorprendente, cuando nos reunimos en torno a algo que nos une y nos emociona por igual, como es el arte, la palabra, la poesía, la imagen. Gracias a los organizadores y larga vida a estas Jornadas dedicadas a Juan Rosco.













3 comentarios:

  1. Gozosa jornada que abrirá el camino a muchos proyectos. Gracias por hacer posible este homenaje a Juan Rosco y hacernos partícipes.

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  2. Me gusta el arte que reivindica, las personas que se sienten libres y las jornadas que se convierten en reuniones cercanas pese a estar rodeada de personas muy grandes. Gracias por recordar lo esencial sin perder la esencia y hacerlo de un modo tan sencillo, Antonio Gómez.
    ¡Larga vida a este tipo de jornadas!

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  3. Ha sido un placer,leer el análisis de Francisco Darío,sobre su desaparecido profesor,Juan Rosco Madruga.
    Para los que le conocimos,puedo decirte Francisco Darío,que has definido con nitidez y gran cariño,a tu profesor.
    Un estupendo amigo,y un hombre cultivado y enamorado,de su profesión y curiosidad natural por aquello que enseñaba a chicos como tú .
    Mi relación con Juan,aparte de paisano,fue más allá ,por razones de amistad entre mis padres y los suyos.
    En mi caso,yo era una especie de familiar,para Romula,su madre,para Juan,su padre y Vidal,su hermano,Vidalin.
    Buena gente.
    Te puedo decir,que todo lo que aprendiste o apreciarse de tu profesor,como cuentas,es así ,y todos sus paisanos montanchegos,nos sentimos muy orgullosos de él.
    Es muy hemoso,leer un relato de un alumno,sobre su profesor,cómo el tuyo.
    Un abrazo,chaval.

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